TRANSIDA.

Días y noches sin nombres
perdidos y desabridos en alta mar
por la ausencia de sal
carcomen mis horas sin cesar;
me gritan al oído, confunden mi nombre,
mi faena y bondad.
Estos días y noches malditos me condenan
como un presidiario en su fase terminal,
a punto de recibir el último golpe,
acaso a poco de que le claven el puñal.
El tiempo todos los días
en cualquier confuso momento
les hace cenizas,
y se vuelca desesperanzada mi mirada
porque algún ente extraño se adjudica
el sabor melancólico de mi libertad;
y me pierdo en agonía,
y me siento un rompecabezas desarmándose
mientras observa cómo va extinguiéndose
lo real o irreal de los colorcitos patéticos
que figuraban su reflejo y fisonomía,
su miserable momento.
Y me pierdo...

amoremo escribió:Me pierdo cuando no hay referencias, cuando lo material inunda y lo demás no cuenta, cuando lo espiritual es algo que ya no es sal de la tierra, Saludos

Sí. Estoy de acuerdo con tus palabras. Gracias por tu visita y lectura a mis letras, amoremo.