Del monte

Rezongo en mis oídos una pena,
ayer volví por las calles
caminando de a pocos
sin prisa
por no llegar a ningún lugar.
Solo prendí un cigarro
con el que fui consumiendo las horas

Horas que se hacían de azufre
de esencia de amoniaco
que me hacia recordar tu devoción.
Querida
a estas horas estas arrodillada
rezándole al silencio
ante un altar
tan blanco como la pureza puritana.
Caminando por las arterias
consumé un mechón de tu cabello
con mis dedos tan sacrílegos.

Llego el momento en el cuál
tú te marchas a tu cielo
yo desciendo a mi infierno.
Aquí
pues no paso mas nada.
Mañana cruzaremos miradas
tú caminaras altiva
yo haré que no vi tu imagen.
El tomara tu cintura
yo esquivare su paso
solo seremos el recuerdo
de una noche de emoción furtiva

Que poema de un amor oculto.....muy bueno...me gustó esta estrofa...
Mañana cruzaremos miradas
tú caminaras altiva
yo haré que no vi tu imagen.
El tomara tu cintura
yo esquivare su paso
solo seremos el recuerdo
de una noche de emoción furtiva

Besos BETT

poema barbaro
de mucha clase
felicidades buen poema
desde peru mis saludos

Qué intensidad de imágenes amigo... Me ha encantado la forma...
Un gusto leerte.
Un abrazo cariñoso.