Juega con una niña,
A domesticar.
Del otro lado de la plaza,
se encuentra otra niña,
con la sonrisa partida
y los cachetes resquebrajados,
perdió la inocencia,
no encuentra su papito
ese principito,
cuenta cuentos al dormir.
Sentada, con la mirada perdida,
sin entender casi nada, o entendiéndolo todo,
mientras una de ellas jugaba en las hamacas,
la otra padecía el odio, el temor y las decepciones.
a quien contarle, quien iba a creerle,
que en su vientre, lo espera un hermanito.
Sola camina la niña de unos quince años,
con los brazos marcados, y los dientes apretados,
con sus ojos representando el odio feroz
que en muchas noches se censura cerrarlos
aunque sepa que las doce es muy tarde ya.
En su mochila libros y cuadernos,
al compás de un tango marchan sus zapatos,
y un evidente escalofríos delata su piel
con sus dedos apoyados en la cien,
la niña de quince años se desplaza hacia atrás
a fuerza de suspiros.
Un payaso ya jubilado vagaba por la plaza,
con los trapos un poco descuidado
y el sudor de su frente le desdibuja su maquillada sonrisa,
se sentó al lado de la niña y le dijo…
_Necesito de tu ayuda,
ando buscando una colaboradora
la cual se ofrezca a lucir una sonrisa,
y por más que la haya perdido,
mi maquillaje todo lo arregla.
Y para ser honesto,
ese payaso poco viejo
y de maquillaje corrido,
era de contagiar un poco de alegría,
así que la niña con los ojos de odio,
y cachetes resquebrajados,
comenzó a sentir como sus cachetes
abrazaban a sus ojos,
con tan solo una mueca.
El payaso le dijo, no se cual será tu problema,
pero podemos hacer algo, que nos cambie el día a ambos,
mira… (señalo un edificio) vez ese edificio que esta ahí,
en uno de esos pisos niña, hay niños como la nena que esta en la hamaca.
pero sin hamacas, sin plazas, sin árboles, ni muecas a kilómetros,
sólo sabanas blancas y enfermeras cambiando sus pañales,
sólo estudios y placas, y muchos medicamentos para que mas tiempo
se la pasen durmiendo.
¿Y sabes que?… cada vez que vos le saques una sonrisa a ellos,
más ese dolor que llevas dentro, mas desaparece.
La niña no dudo, y del bolso del payaso,
Comenzó a probarse algunas pelucas
Y zapatos de goma con filosofía de primera.
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