Loco por ti.

Sin más candela que el torpe aspaviento
de los recuerdos consumidos tras el ocaso,
ni más riqueza que el anillo del fracaso
o el destino que se lleva hoy el viento

absorto en cavilación, sin plus valía
razón ausente en modo alevoso
ermitaño, apagado y menesteroso,
extraviado en salares de apoplejías

encerrado en el fondo de mi mismo
expuesto al placebo de la ignorancia,
arropado todo temor en vana elegancia
y entregado al rimbombante conformismo.

Desquiciado y seducido por la ambición
de querer acaparar tu armónica beldad;
¡Ingenua presunción!, carente de verdad
que se ha ido sin prestar mínima atención

despojado del sentido de supervivencia
bajo el manto sepia de la cotidianidad;
Aplastado por cadenas, en plena oscuridad
y la lluvia, mofándose con inclemencia

engrillado a perpetuidad al edicto del hastío
con escarcha en la mirada y manos de papel…
Añorando el marfil delicado de tu piel
y ensoñando que podrás volver a ser mío…