Autobiografía
Mucha gente escribe acerca de la muerte.
Pero aparte de los que ya pasaron a mejor vida
--”Dios los tenga en su gloria”--
nadie en realidad me conoce.
En general, me gusta mantenerme anónima
como algunos excéntricos famosos que se vuelven ermitaños
en sus últimos años de vida.
La verdad es que yo renazco,
una y otra vez, en el llanto de cada recién nacido.
Llegamos al mundo tomados de la mano
. . .como un par de gemelos.
Y entre una y otra cosa ya se nos fueron diez minutos de vida. . .
Por eso admiro a la gente que se atreve a retarme.
Porque en el contexto del gran cosmos,
la vida humana no dura más que el destello de un lucero.
Y entre una y otra cosa ya se nos fueron veinte años. . .
Muchos piensan que mi trabajo es robarme la vida ajena
. . .pero yo ¡no me robo nada!
Mi verdadero trabajo es sentarme con los demás a tomar el té del tiempo,
que no se bebe de un golpe sino que se saborea poco a poquito
. . .en sorbitos diminutos.
La cantidad no es culpa mia. . .
eso es asunto del encargado de servir el té.
Y entre una y otra cosa ya se nos fueron cincuenta años. . .
Por supuesto que hay sus excepciones.
La otra noche me conmovieron las lágrimas de una madre joven.
Abrazaba con desesperación un pequeño cuerpo inerte.
Era su única hija, yo diría, de no más de cinco años.
Comprendí lo que había ocurrido
cuando vi la tacita de porcelana china
. . .hecha añicos sobre el suelo.
Y entre una y otra cosa, como vuela el tiempo. . .¡te has bebido todo el té!
Mucha gente escribe acerca de la muerte.
Pero aparte de los que ya pasaron a mejor vida
--”Dios los tenga en su gloria”--
nadie en realidad me conoce.
En general, me gusta mantenerme anónima
como algunos excéntricos famosos que se vuelven ermitaños
en sus últimos años de vida.
La verdad es que yo renazco,
una y otra vez, en el llanto de cada recién nacido.
Llegamos al mundo tomados de la mano
. . .como un par de gemelos.
Y entre una y otra cosa ya se nos fueron diez minutos de vida. . .
Por eso admiro a la gente que se atreve a retarme.
Porque en el contexto del gran cosmos,
la vida humana no dura más que el destello de un lucero.
Y entre una y otra cosa ya se nos fueron veinte años. . .
Muchos piensan que mi trabajo es robarme la vida ajena
. . .pero yo ¡no me robo nada!
Mi verdadero trabajo es sentarme con los demás a tomar el té del tiempo,
que no se bebe de un golpe sino que se saborea poco a poquito
. . .en sorbitos diminutos.
La cantidad no es culpa mia. . .
eso es asunto del encargado de servir el té.
Y entre una y otra cosa ya se nos fueron cincuenta años. . .
Por supuesto que hay sus excepciones.
La otra noche me conmovieron las lágrimas de una madre joven.
Abrazaba con desesperación un pequeño cuerpo inerte.
Era su única hija, yo diría, de no más de cinco años.
Comprendí lo que había ocurrido
cuando vi la tacita de porcelana china
. . .hecha añicos sobre el suelo.
Y entre una y otra cosa, como vuela el tiempo. . .¡te has bebido todo el té!
Última edición por Lilia el Mar Sep 27, 2011 1:16 am, editado 1 vez
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