En tu espera

En tu espera

Ruega por mi, tu gran perdido,
que tras el cielo descubrió otro purgatorio,
que tras las nubes vio otra lluvia asomándose a sus ojos,
que tras tu piel buscó otras pieles en que hallar el alma ansiada.

Ruega por mi, tu gran perdido,
que dejó los columpios expuestos a la sombra,
que comprendió que no era su sangre la del sol en los ocasos,
que amaneció más muerto aún que en el insomnio inexpugnable.

Di las palabras que no tengo,
se tú la herida que no canto,
pierde mi voz como al quebranto
si el de mi hermano no detengo.

Ruega por mi, rey de las horas,
dulce gigante embravecido,
las águilas no muerdan mi rostro desdichado
y el pabellón de los tahúres no funde patria en mis cabellos.

Hay que seguir las huellas del olvido,
hay que amamantar un orbe moribundo,
y empapelar de afiches las calles sin tu risa,
ofreciendo recompensa por el volcán de tus abrazos.

Pierdo en la perla de la ostra mi destino,
pero vienes tú hacia mi y es entonces que camino.

28 05 10

[b]Hermoso poema, amigo. Celebro haber pasado por aquí y llevarme este grato sabor de boca.
Te dejo mis abrazos.

Buen poema al amor extraviado, jamás renunciado. Si no se sufre, si no se pierde... no es amor! Esto que es anterior al Siglo de Oro, que es viejo como el homo, está frescamente repuesto en este poema. Un abrazo, Oscar.

un hermoso poema como todos los tuyos... gracias por regalarnos tus versos..! (y gusto de conocerte en foto)