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por Mariano Bequer Dom Jul 18, 2010 3:25 amME ENAMORÉ DE TI
Me enamoré de ti… también de tus cabellos
peinados por el viento y la brisa del mar;
el aroma de amor que se desprende de ellos
quisiera que a mi vida puedan alimentar.
Me enamoré de ti… también de tu sonrisa
porque así es como entiendo tu forma de querer;
me siento tan feliz porque se sintetiza,
en un momento bello, tu alegría mujer.
Me enamoré de ti… también de tus ojitos,
de aquellos farolitos que alumbran mi vivir;
no quiero ni pensar que tus ojos bonitos
se nublen por el llanto si es que llego a morir.
Me enamoré de ti… también de tu boquita
porque sus dulces besos me llevan a soñar
que desde que te vi y tenerte cerquita
parece que hacia el cielo me vas a transportar.
Me enamoré de ti… y de tu voz dulcita
que siento como arrullo cuando me hablas de amor;
tu voz es la canción que mi alma necesita
como suave caricia de un pétalo de flor.
Me enamoré de ti… y de tu naricita
porque hace un inocente mohín al suspirar,
coqueta se te ve, pareces muñequita
con esa naricita que pronto he de besar.
Me enamoré de ti… también de tus orejas,
son como caracolas que abundan en el mar,
les dejaré mi voz si es que algún día te alejas
para que tú por siempre me puedas escuchar.
Me enamoré de ti… también de tus manitos,
aquellas que acarician con suavidad total,
también me enamoré de tus dedos finitos
que son como varitas de un hada angelical.
Me enamoré de ti… y de tu cuerpo entero,
me gustas toditita no lo voy a negar,
soy pobre… ya lo sé, pero si un día muero
tan sólo este poema te quiero yo dejar.
- - - - - - - - -
Mariano Bequer.
Maracaibo, 06/09/05
Me enamoré de ti… también de tus cabellos
peinados por el viento y la brisa del mar;
el aroma de amor que se desprende de ellos
quisiera que a mi vida puedan alimentar.
Me enamoré de ti… también de tu sonrisa
porque así es como entiendo tu forma de querer;
me siento tan feliz porque se sintetiza,
en un momento bello, tu alegría mujer.
Me enamoré de ti… también de tus ojitos,
de aquellos farolitos que alumbran mi vivir;
no quiero ni pensar que tus ojos bonitos
se nublen por el llanto si es que llego a morir.
Me enamoré de ti… también de tu boquita
porque sus dulces besos me llevan a soñar
que desde que te vi y tenerte cerquita
parece que hacia el cielo me vas a transportar.
Me enamoré de ti… y de tu voz dulcita
que siento como arrullo cuando me hablas de amor;
tu voz es la canción que mi alma necesita
como suave caricia de un pétalo de flor.
Me enamoré de ti… y de tu naricita
porque hace un inocente mohín al suspirar,
coqueta se te ve, pareces muñequita
con esa naricita que pronto he de besar.
Me enamoré de ti… también de tus orejas,
son como caracolas que abundan en el mar,
les dejaré mi voz si es que algún día te alejas
para que tú por siempre me puedas escuchar.
Me enamoré de ti… también de tus manitos,
aquellas que acarician con suavidad total,
también me enamoré de tus dedos finitos
que son como varitas de un hada angelical.
Me enamoré de ti… y de tu cuerpo entero,
me gustas toditita no lo voy a negar,
soy pobre… ya lo sé, pero si un día muero
tan sólo este poema te quiero yo dejar.
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Mariano Bequer.
Maracaibo, 06/09/05
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