te molestaba.
La llamaban la “mosquita muerta”,
pero volaba.
De aquí para allá, de allá para acá.
poco paraba.
Ella, la muy penca, siempre volvía
y la espantaban.
Era chiquita, y hasta poco bonita,
pero picaba.
Se movía a la sombra de la sombra,
la condenada.
Un buen día se ahogó en la sopa,
la resabiada,
queriendo hacer de ese plato
su palangana.
Pero no nadaba, no. No nadaba…
Allí se quedó la “mosquita muerta”
y muertas, también, todas las ganas.
Qué ingrato puede ser ese oficio.
Tanto molestar y tantas molestias
sin beneficio.
Nadie derramó una lagrimita.
Por no llorar, no lloraron siquiera
sus hermanitas…
G.S.A.
Última edición por Myrross el Lun Ago 09, 2010 5:54 pm, editado 2 veces
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