Sonetos, tres.

Sonetos, tres.


De claridad confusa es aparente,
no de ciega metáfora, que sueña
de tu mirada, vaga, moralmente,
hasta sentir pereza, que despeña
cual sutil ojo, beso del sentido;
en otra esfera llana de tu mente,
gozar la poesía, en su gemido:
de esotra voz, no duele íntimamente;
fuera del arpa vana, desafina,
de tu oído, si la letra, en su oro
busca el mérito del arte, refina,
y en otro gladio en flor de su decoro,
                  el Arte prueba su mirada vana
                  cual trova su juglar juvenil pena…


Cual trova su juglar juvenil su ala
en otra huella calma de su oro;
y busca gentil cuenca a su tesoro,
en otra sombra histérica, resbala,
cual raudo arpegio música no evade;
ó en otro azor que busca libremente
la copla de su grito que persuade,
trigo a lo hondo, trigo, trigo: siente,
cual retórica digo, mi despecho,
cual ufanado trance, busca acecho,
de mirada gentil, que gentil pierde:
de romance deshecho que recuerde,
                  en otra sombra hostil, que sobre sombra
                  busca pecho gentil, soles asombra…


Allego a un cauce: goces tales,
que mi mirada emerge de entre flores:
y busca tus colores, suaves males,
que trovan mi agonía, sin dolores.
Emerge la paloma, en costas, Ay!
Que vuelven la centella todo amor,
y busca en mi recodo, suave flor
besa tu cabelló, si estrellas hay…
Allego a un cauce: río y árbol,
que busca en mi sendero, lenta flor
ha de morir primero, antes que amor,
la de tu cabelló, bendita flor!
                    Marchítese mi sombra, por buscar,
                    en la luz de tu labio, labio impar.