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por Sólo Arte
Sólo Arte, efluvio de mar, marea ingrata,
y sólo cuerpo de belleza en voz beata,
lunas y cuerpo en la sal, cobalto, espera
rostro que flecha mi suspiro en Primavera,
y aleja el dial, racimo, cumbre,
de una agradable mansedumbre:
espejo, que sea cuerpo y sudor: toda mi alma
toda mi alma en tu pradera, toda mi calma…
Perdida sombra, rizo, helada, espuma,
clavel que no importuna flecha amante,
gozo y quimera de la flor, mayor instante
que la luz busca, y ciega toda bruma;
goce perpetuo, el ala busca un sitio,
tan del verano, sofoca la Pradera,
y Voz nevada que asombra en primavera,
de luz nevada y Sol, y verde estío…
Sólo Arte de la flor, impulsa el ala,
cual colibrí demanda el albedrío:
que sofoca y yace en amor mío,
la luz acaba, y duele, y es penumbra…
Rojo acantilado, abismo de tu boca,
donde mi sed propaga el lento asirse
y nubla un cielo el claro desvestirse,
de tu voz clara; y sombra, y lenta roca…
Sólo Arte y turpitud clama en el vuelo
desmesurado aliento continúa,
y sólo arte, y el cedro de tu pelo,
gallardo acendran juventud, que me extenúa…
Y sólo cielo, y rostro discontinuo,
por la nefasta pradera que sofoca,
el rostro empero, anonadado de tu boca
tan oportuno y causal, rostro melifluo…
Brocal de nieve, y agua, y sol que quema,
la sola sombra que besa tu diadema:
el rostro claro, que enferma y grácil cura,
la sola boca, que irriga y que supura…
Boceto del suspiro, y glosa ya anegada,
en rostro empino, y caduco, y ya bestial,
todas las fauces del oro de arrabal:
música sïente, suspiro, doblegada…
De voz y sombra, de mella que cohíbe,
tu boca es bella, y Sol: que aún escribe…
Sólo Arte, efluvio de mar, marea ingrata,
y sólo cuerpo de belleza en voz beata,
lunas y cuerpo en la sal, cobalto, espera
rostro que flecha mi suspiro en Primavera,
y aleja el dial, racimo, cumbre,
de una agradable mansedumbre:
espejo, que sea cuerpo y sudor: toda mi alma
toda mi alma en tu pradera, toda mi calma…
Perdida sombra, rizo, helada, espuma,
clavel que no importuna flecha amante,
gozo y quimera de la flor, mayor instante
que la luz busca, y ciega toda bruma;
goce perpetuo, el ala busca un sitio,
tan del verano, sofoca la Pradera,
y Voz nevada que asombra en primavera,
de luz nevada y Sol, y verde estío…
Sólo Arte de la flor, impulsa el ala,
cual colibrí demanda el albedrío:
que sofoca y yace en amor mío,
la luz acaba, y duele, y es penumbra…
Rojo acantilado, abismo de tu boca,
donde mi sed propaga el lento asirse
y nubla un cielo el claro desvestirse,
de tu voz clara; y sombra, y lenta roca…
Sólo Arte y turpitud clama en el vuelo
desmesurado aliento continúa,
y sólo arte, y el cedro de tu pelo,
gallardo acendran juventud, que me extenúa…
Y sólo cielo, y rostro discontinuo,
por la nefasta pradera que sofoca,
el rostro empero, anonadado de tu boca
tan oportuno y causal, rostro melifluo…
Brocal de nieve, y agua, y sol que quema,
la sola sombra que besa tu diadema:
el rostro claro, que enferma y grácil cura,
la sola boca, que irriga y que supura…
Boceto del suspiro, y glosa ya anegada,
en rostro empino, y caduco, y ya bestial,
todas las fauces del oro de arrabal:
música sïente, suspiro, doblegada…
De voz y sombra, de mella que cohíbe,
tu boca es bella, y Sol: que aún escribe…
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