Róseo albor nevado de tus pómulos

Róseo albor nevado de tus pómulos


De la cerviz que azora tu mirada,
el solo imán perdura en tu llamado
cual el rocío ufano moldea al hada,
cual el sonido opaco nubla helado…
Tu vista es poderosa, si no acaba,
sendero de tu nube, el trazo claro
a aquél rocío el tramo de tu avaro
dosel de espuma lacia, hiela y lava…

Ya no amonesta frío de mi beso
el lazo poderoso que no acaba,
en otra rienda clara, cual si lleva
el claro en otra sombra, que en su peso,
anhela el canto fúnebre mirada:
el mar, que anhela grato su llovizna
y esboza cual sendero: enamorada
la lluvia hostil que puebla de su brizna…

Blasón de la marina que en su seno,
espesa el bosque-muro que no acaba,
en otro el estandarte de su treno,
hacia la luz esmalte que bogaba,
y en el ardor que lleva su figura,
es otro canto suyo del que ornara
ó ya su boca amante le procura
el arte que doblega ó ya tremara…

Ooh, labios que me frenan de tus labios!
El beso que procura de tus besos
es llanto acobardado en tus silencios
y boca en el austero nombre, presos
de tu júbilo, llanto de tus besos
en otras claras sombras de tus labios
evocas, desmesuras en tus besos,
los llantos de tus llantos en tus labios…

Ooh ya sereno canto el de tu boca!
De brisas en tus pómulos despierta,
la blanca aurora nívea que desboca
u oprobia tu silencio, descubierta…
Al claro día, claro en tu sonrisa
desboca la mirada de tu palio
ingrávida, desnuda y en tu brisa
aduéñate el sabor, mientras me callo…

Tu rosa es el sendero que se afirma
en otra boca amante de tu júbilo…
Tu beso yace en labio donde firma
con tus labios, deseo, que destilo…
Tu boca me habla ya el verso y en rima
desnuda tu silencio claro: besos
que mueren en tu boca, yacen presos,
y tus labios opinan: beso imprima…

Ó ya en el beso róseo de su cara,
es otro mar de hielo en su voz clara…