Mis ojos son noches (2)

Mis ojos son noches (2)

Mis ojos noches son, si al cielo algo he traído
de su constante bruma, al cielo no he gemido,
tan lobo aúllo presto, mi vacuo gentil roce
desnudo de silencio, aleve en cuanto goce…
De sombras, el aliento, en sombras permanece,
suspiros en las fauces, de mi mirada dïurna
hurtada en noches prunas, diadema taciturna
privada de belleza, ó sobre alguna empiece…

Mi sol, nevado erige, la forma de mi gusto,
aleve si no es mares, la llave de su busto
cristal se vuelve llano, Procusto nieva luces,
ó tan sólo desnudas, las sombras las desluces…
Afirma luego tanto, que sobra en las virtudes
descaro cual alteza, infunde sobre robles,
nevados, sólo cïegos, de mi pretil no nobles
las bodas de mi amparo, ó el peso en senectudes…

Privada, mi oro mella, cual desde sutil gota
palabra que atropella, e infunde y no derräma,
la cota que perdura, y no hace, y luego ama
desnuda en su silencio, la voz que no te agota…
Arroja la madeja, de rubias sinestesias,
desnudas, contrapuestas, en oros ya fragantes
de mórbidos instantes, cual clavo ó sólo fresias,
desnudas de tropiezos, y buches y diamantes…

Privada en mi la voz, desnuda en otro aljibe,
desnuda en su verano, hostil, vuelve mirada
de sú robo atenida, la huella no liviana
en sombras fementida, cual síndrome describe…
La luna apaciguante, en robo la amanece,
cual robo de un instante, que goza y luego cese
por el pretil nevado, la jungla no anochece,
de su oro tapiado, en sombras luego bese…

Mis ojos noches son, para blandir el daño
que las horas del vino, encauzan en el habla,
distintas cuando bulle, de su oro que ensambla
la mella de su oro, y el río no aledaño…
Fronteras a mis rüidos, panojas no tan cïertas,
desnudos los sarmientos, se vuelven trashojados
desnudos los Veranos, de sombras encubiertas
entre parras abiertas, de sombras y de amados…

Para saciar tu oro, desnuda el sol mi rizo,
contorno al reverbero, rezume y luego trizo…