Latidos en mi piel

Fue tu encanto, la luna, beso cruel,
de mi rocío, latidos en mi piel,
donde mora sin igual verdes praderas
a lo oscuro, e iguales primaveras…
Tu sola nieve, pregunta si hay vacío
no hay vicio fatuo, ni goce sin estío,
lo valeroso es templar la cobardía
ó entre la bruma, en lo claro, ver el día…

Fue mi fracaso, besarte sin aliento
ó no mi goce, desamo mi sustento
tan sólo el lirio que puebla la verdad,
es sola nieve que llega en Libertad…
Pero mis manos, blasonan y decrecen
contra tu júbilo, sin más, y sin quererlo,
la voluntad, es jazmín, y sin saberlo
mi beso al fin es la virtud que luces besen…

No niego nada que no niegue mi persona,
sin mis alientos el perfume se ilusiona,
ó tanto sueño en la balanza se erosiona
no mis silencios, no mi amor, no desentona…
Mirada tïerna en tu verano, luna arribe
por sobre el mar ó no mi ausente Silva,
perpleja luna, ya la nieve vuelva
a donde tu mudez ó el desamparo libe…

De mi plegaria ya la noche se encabrita,
a mi recelo, enmundando ceremonias
por sobre el ala de mi austera, parsimonias
de mi velada, de mi acera, de mi obrita…
No mi silencio puede más de mi oro cano
a desvestir el ultraje a ceremonias,
por sobre heladas cantimploras, ó ponzoñas
mi oro no emerge sin la luz, sin mi Sol llano…

No mi celada prueba lo que en mano
mi gallardía de tu voz fue ya verano,
ó mi hostil seco, la mirada del hermano
donde hay mirada y no verano…
Mi luna endeble, casi suspiro, casi épica
adosa la madeja de su claustro,
que iluminada de tu cedro ó de mi astro
fue del silencio mi velamen, mi alba rica…

Ya no la plata, ya no el oro, me tramonta,
mi suspiro engalanado no se afronta…