Poesía para Meybel
Si mi Musa cual Verano
Si mi Musa cual Verano,
no amansa la perdida Primavera,
del León cual noche entera,
su astro no gime ni abarca, cercano,
cual entusiasmo lidie con el velo
su lento mar, cual indómito Verano
hace a la sien de su reciente celo,
bóveda las fraguas de Vulcano…
Su desamparo gime, cual adusto vuelo
sobre el sendero cano, sobre el centeno,
mi rojo mar adscribe, sobre el lecho ameno
campanas de voraz apetito que en el suelo…
Mude la clepsidra de su roto anhelo
sobre la fragancia muda de su cerviz anzuelo
y besa los costados de la herida consonante
de la miel que va triunfante, con alborozo, cante…
Sobre el sendero puja, cual ceñudo celo
exhausta noche ágil de ponzoñoso velo,
cual noche austera gime, cual confrontado cielo,
de su desliz de oro, enuncia su pañuelo;
en besos que la noche, a su perdido vuelo,
enclaustra con oprobio, a su perdiz amante
cual sólo ciega instante, de su coturno hielo,
sobre desliz amante, tan oprobiado guante…
Desnuda de su ahínco, tan extasïado cielo
desnudo de tu vuelo, sobre desliz amante
que sobre luna cante, sobre el plausible vuelo
tan enconado cielo, de su luz, cual se levante,
sobre la espina breve, tan extasiado atrëve,
la luna que separa de sostenida nïeve
y en su murmullo causa, joven cual radiante
su voz esbelta alcurnia de Sol y sombra amante…
Ícono del mar, el mar burlado
como exhausta y perdida la manera,
que a mi corazón el mar pudiera
ser del lienzo la bóveda que he amado
sobre el sendero, prado, que el mar no solicita
tan enturbiado, caro, con sumo albor limita
apóstrofe del llano, que su blasón tuviere
tan contenido asomo el océano sintiere…
Su rojo claustro vela, tan ermitaño avaro
de la luna de cristal, cual entusiasmo caro,
sobre el sendero árduo de su epopeya amante
la Luna de Cristal, bello diamante,
cual sólo lirio diera, de su Pavón de Justa,
limón tan venerado, cual extasiado anhelo
sobre fragancia nïeva, de tu perpetuo pelo
tan sostenido Ángel, desnudo en flor adusta…
Cual contoneo fuera, exhausto bribón calla,
cual soberano hielo, sobre crespura nívea
tan álgida retrata, su sostenida idea
de parlotear sus aves, cual sólo lirio encalla,
y arroba con tu anhelo, la luz en lo escarlata
cual sombra murmurada, tan asediada plata
que sobre el lecho fuera, mirada que no calla,
para vestir tu asombro, en luna ó sombra halla…
De mi silencio olvido, la sombra unos instantes,
tal entusiasmo celo, sumido en los restantes…
Si mi Musa cual Verano
Si mi Musa cual Verano,
no amansa la perdida Primavera,
del León cual noche entera,
su astro no gime ni abarca, cercano,
cual entusiasmo lidie con el velo
su lento mar, cual indómito Verano
hace a la sien de su reciente celo,
bóveda las fraguas de Vulcano…
Su desamparo gime, cual adusto vuelo
sobre el sendero cano, sobre el centeno,
mi rojo mar adscribe, sobre el lecho ameno
campanas de voraz apetito que en el suelo…
Mude la clepsidra de su roto anhelo
sobre la fragancia muda de su cerviz anzuelo
y besa los costados de la herida consonante
de la miel que va triunfante, con alborozo, cante…
Sobre el sendero puja, cual ceñudo celo
exhausta noche ágil de ponzoñoso velo,
cual noche austera gime, cual confrontado cielo,
de su desliz de oro, enuncia su pañuelo;
en besos que la noche, a su perdido vuelo,
enclaustra con oprobio, a su perdiz amante
cual sólo ciega instante, de su coturno hielo,
sobre desliz amante, tan oprobiado guante…
Desnuda de su ahínco, tan extasïado cielo
desnudo de tu vuelo, sobre desliz amante
que sobre luna cante, sobre el plausible vuelo
tan enconado cielo, de su luz, cual se levante,
sobre la espina breve, tan extasiado atrëve,
la luna que separa de sostenida nïeve
y en su murmullo causa, joven cual radiante
su voz esbelta alcurnia de Sol y sombra amante…
Ícono del mar, el mar burlado
como exhausta y perdida la manera,
que a mi corazón el mar pudiera
ser del lienzo la bóveda que he amado
sobre el sendero, prado, que el mar no solicita
tan enturbiado, caro, con sumo albor limita
apóstrofe del llano, que su blasón tuviere
tan contenido asomo el océano sintiere…
Su rojo claustro vela, tan ermitaño avaro
de la luna de cristal, cual entusiasmo caro,
sobre el sendero árduo de su epopeya amante
la Luna de Cristal, bello diamante,
cual sólo lirio diera, de su Pavón de Justa,
limón tan venerado, cual extasiado anhelo
sobre fragancia nïeva, de tu perpetuo pelo
tan sostenido Ángel, desnudo en flor adusta…
Cual contoneo fuera, exhausto bribón calla,
cual soberano hielo, sobre crespura nívea
tan álgida retrata, su sostenida idea
de parlotear sus aves, cual sólo lirio encalla,
y arroba con tu anhelo, la luz en lo escarlata
cual sombra murmurada, tan asediada plata
que sobre el lecho fuera, mirada que no calla,
para vestir tu asombro, en luna ó sombra halla…
De mi silencio olvido, la sombra unos instantes,
tal entusiasmo celo, sumido en los restantes…
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