A Cristal de Claro

A cristal de claro dulzor sobre el rocío
muda me enseña su vertiente nacarada,
que sobre azul la pena, ya desentonada
es clima de rocío, y nïeve, sol de estío…
Aclara de su viaje, su dorsal quimera,
vanagloriando su resguardo, muda pena
y ya su desatada sombra entre la arena
goza su dialecto, y besa en Primavera…

Nïeve no resguarda, noche sino día
de su rubor tan claro, y rojo can venéreo
de su solo azul la noche, su cristal aéreo
atrasa ruiseñor, y carbunclo enfría…
Goce aquélla tina, donde el mar se düerme,
caliginosa y verde, endrina sobre el mar destrone
murmullo si no acaba vestida se antepone
glaciar ó verde espada, en sueño retenerme…

Vestida de silencio, besa la muda proa
de su suspiro en gala, en gala de mil besos
donde se hermanan flores, y mudos embelesos
sobre el añil que implöra, besándose se aproa…
Aflora en mí la noche, de pajizo eco,
y canta en tu canario, desnudo el embeleco
cual tu jazmín implora, de su desnudo cierzo
perdido en la ceniza de tal gentil escuerzo…

Mis ojos no se antelan, donde restaña gavia,
perdida en oropel, trasunta endecha gala
sobre aquel ademán movido entre tu pala
buceándose la noche, de tu desnuda savia…
Perdida desnudez, arroba gentil muro
deseando claridad, tu claridad fragante,
desnuda en un instante, de Céfiro futuro
y englosa en tu artimaña, mi desnudez amante…

Gozada en otra proa, endecha sino gala
de tu desnudo obsceno, caliginosa vara
de tu desnudo cüerpo, de besos en la cara
aleábase en la noche, la claridad rescala…
Bribón solemne pena, cardumen de elocuencia,
finito en su madeja, de robustez de pena
sobre desnuda arena, mirándose en la ausencia
de mi sostén de soga, de voces en arena…

De Hielo no se licuan, las verdes elocuencias,
divinas en los mares, desnudas transparencias…