Índice
Últimas imágenes
Conectarse
por Dormido en la sombra, mi plegaria,
hace ecos en las noches de tu ausencia
coronando de sombra la apariencia
que es sin ti mi voz, mi lapidaria...
Fúnebre no es sol que me diluya
en tus ojos de amor, de ríos arduos,
más bien es una música de risa donde haya
en mi luz, cadencia y horizontes fatuos...
Si mi voz sólo se eriza a tu manera,
rumor de invierno se asemeja a primavera
y en mi lecho constante desvaría
la mañana donde tu pecho dormiría...
Ya sin voz y sólo helado en la panoja,
mi mudo aliento en mis fauces, me envenena
y sólo llama a tu voz, que sin la pena
a tu profundo pecho no me arroja...
De mi desgano, todo el oro no me implora
a su ribete sagaz, de lejos, contra el llanto
que en mí bermeja, y al oro lo desdora,
sobre el rubí que ardiente, se fuga en el quebranto.
No me engaña el claustro, y ya tu pierna herida
blasona su silencio con estandarte claro
y a poca rüina mi deseo se funde con el faro
que la lluvia enciende con tu cuerpo. Así vestida
La noche no enciende manantiales: me apenumbra
con tu fuego. Me idolatra, me desuella,
en la joven estrechez de tu cintura bella
y en el manto de tu albor, que no me nombra
pasa un ágata de sombra desbocada...
La luz inventa en tu cuerpo fantasía
que a mi sonido expande, y la luz enseña alada
la frontera de tu cuerpo que me alía...
Con el deseo de labrarte con mi boca,
desde tus pies arremete mi Milagro,
ó te desnudo con el cuento de la rosa, ó trueca
mi agonía con tu tacto, enajenando suspiros de la roca.
Ó espero ruiseñores de tu mano,
ó agolondrina no mi amor ó mi despecho
que hace tacto de fuego con mi fuga
y ardor mi fuego errante en tu Verano...
Cual nacimiento, a tu amanecer provoca,
el suspiro nacarado de tu boca.
hace ecos en las noches de tu ausencia
coronando de sombra la apariencia
que es sin ti mi voz, mi lapidaria...
Fúnebre no es sol que me diluya
en tus ojos de amor, de ríos arduos,
más bien es una música de risa donde haya
en mi luz, cadencia y horizontes fatuos...
Si mi voz sólo se eriza a tu manera,
rumor de invierno se asemeja a primavera
y en mi lecho constante desvaría
la mañana donde tu pecho dormiría...
Ya sin voz y sólo helado en la panoja,
mi mudo aliento en mis fauces, me envenena
y sólo llama a tu voz, que sin la pena
a tu profundo pecho no me arroja...
De mi desgano, todo el oro no me implora
a su ribete sagaz, de lejos, contra el llanto
que en mí bermeja, y al oro lo desdora,
sobre el rubí que ardiente, se fuga en el quebranto.
No me engaña el claustro, y ya tu pierna herida
blasona su silencio con estandarte claro
y a poca rüina mi deseo se funde con el faro
que la lluvia enciende con tu cuerpo. Así vestida
La noche no enciende manantiales: me apenumbra
con tu fuego. Me idolatra, me desuella,
en la joven estrechez de tu cintura bella
y en el manto de tu albor, que no me nombra
pasa un ágata de sombra desbocada...
La luz inventa en tu cuerpo fantasía
que a mi sonido expande, y la luz enseña alada
la frontera de tu cuerpo que me alía...
Con el deseo de labrarte con mi boca,
desde tus pies arremete mi Milagro,
ó te desnudo con el cuento de la rosa, ó trueca
mi agonía con tu tacto, enajenando suspiros de la roca.
Ó espero ruiseñores de tu mano,
ó agolondrina no mi amor ó mi despecho
que hace tacto de fuego con mi fuga
y ardor mi fuego errante en tu Verano...
Cual nacimiento, a tu amanecer provoca,
el suspiro nacarado de tu boca.
» Déjame unir mi mano con la tuya...
» Tu rostro...
» Memoria de tu luz, cuerpo bohemio...
» Mi ciudad
» Mujer -reclamo tus rosas-
» La huella del amor...
» Desnuda cadencia...
» Son claveles...