A la inefable
A quienes te conocen, que no olviden
que cada día naces, cambias, te inauguras,
que cada día crees y prefieres
cualquier nuevo jardín a tanta página amarilla.
A quienes te recitan, que recuerden
que también el silencio conoce de tus versos,
que el grito del dolor también es tuyo,
así como el del parto a nueve meses de un orgasmo,
así como el del río en cuya orilla riegas flores,
así como el del viento que mueve tu camisa en los cordeles.
A quienes te almacenan, que comprendan
que no eres, que no existes, que si cantas
es por todos los que alguna vez ya fueron presos,
ya sea de su voces interiores o del silencio colectivo,
de su propia prisión o de las celdas de un tirano,
de su propia canción o de aquel plagio de las aves libres.
A quienes te aman, que no tarden en enviarte rosas,
en llevarte a pasear a los más bellos arreboles,
en mandarte cartas, chocolates, hiedras,
delicadas joyas de la noche y sus estrellas,
que abran el vino, que sirvan ya la mesa,
que lloren por los que no volvieron de su suerte,
que vayan al trabajo, que respiren
y cumplan con su cita con la vida y con la muerte.
A quienes te aman, que amen además a cada otro,
a todos los que viven, a la especie
y a todas las especies que te nutren y te habitan,
no estás aquí para las flores del florero,
no estás aquí para el tazón de un café frío,
tú vienes a luchar, a erguir la frente,
a recoger el detritus de todas las miserias,
a reparar los techos agujereados de la noche
y a pleno sol a batirte con sátrapas y eunucos.
A quienes no lo saben, que te ignoren,
vas a crecer igual entre ladrillos y oficinas,
vas a brotar igual de la alta torre y de aquel foso,
a recorrer sin tiempo la tristeza,
a remediar sin duda la mentira
y a palpitar sin fin en cada pétalo terrestre,
en cada corazón que es máquina, que es músculo,
que es tiempo, que viene a batallar por su verdad y no lo sabe,
que viene a caminar sobre este mar y no lo entiende,
que viene a renacer de tus cenizas y lo ignora.
Porque eres tan azul que ni los párpados te encuentran,
tan transparente que ni el agua te contiene,
tan luz y paz que a quienes busquen ya les dices
sólo una vez te han de encontrar y entonces será todo,
sólo escribir aquí tu nombre para todos,
sólo escribir aquí tu nombre para que todos
los demás por fin sepamos quién eres y quiénes somos
en esta soledad de errar sin ti, pero por ti en estos siglos
de exigua libertad para morir con tu canción entre los labios.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
28 01 15
A quienes te conocen, que no olviden
que cada día naces, cambias, te inauguras,
que cada día crees y prefieres
cualquier nuevo jardín a tanta página amarilla.
A quienes te recitan, que recuerden
que también el silencio conoce de tus versos,
que el grito del dolor también es tuyo,
así como el del parto a nueve meses de un orgasmo,
así como el del río en cuya orilla riegas flores,
así como el del viento que mueve tu camisa en los cordeles.
A quienes te almacenan, que comprendan
que no eres, que no existes, que si cantas
es por todos los que alguna vez ya fueron presos,
ya sea de su voces interiores o del silencio colectivo,
de su propia prisión o de las celdas de un tirano,
de su propia canción o de aquel plagio de las aves libres.
A quienes te aman, que no tarden en enviarte rosas,
en llevarte a pasear a los más bellos arreboles,
en mandarte cartas, chocolates, hiedras,
delicadas joyas de la noche y sus estrellas,
que abran el vino, que sirvan ya la mesa,
que lloren por los que no volvieron de su suerte,
que vayan al trabajo, que respiren
y cumplan con su cita con la vida y con la muerte.
A quienes te aman, que amen además a cada otro,
a todos los que viven, a la especie
y a todas las especies que te nutren y te habitan,
no estás aquí para las flores del florero,
no estás aquí para el tazón de un café frío,
tú vienes a luchar, a erguir la frente,
a recoger el detritus de todas las miserias,
a reparar los techos agujereados de la noche
y a pleno sol a batirte con sátrapas y eunucos.
A quienes no lo saben, que te ignoren,
vas a crecer igual entre ladrillos y oficinas,
vas a brotar igual de la alta torre y de aquel foso,
a recorrer sin tiempo la tristeza,
a remediar sin duda la mentira
y a palpitar sin fin en cada pétalo terrestre,
en cada corazón que es máquina, que es músculo,
que es tiempo, que viene a batallar por su verdad y no lo sabe,
que viene a caminar sobre este mar y no lo entiende,
que viene a renacer de tus cenizas y lo ignora.
Porque eres tan azul que ni los párpados te encuentran,
tan transparente que ni el agua te contiene,
tan luz y paz que a quienes busquen ya les dices
sólo una vez te han de encontrar y entonces será todo,
sólo escribir aquí tu nombre para todos,
sólo escribir aquí tu nombre para que todos
los demás por fin sepamos quién eres y quiénes somos
en esta soledad de errar sin ti, pero por ti en estos siglos
de exigua libertad para morir con tu canción entre los labios.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
28 01 15
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