Un grito al girar la rueda
La vida sigue su curso,
la muerte también venía,
sólo el hombre sostenía
que su amor era el recurso.
Nada valió su discurso,
cayó la flor ya marchita,
se fue la noche infinita,
sólo otro día lo aguarda
y el adiós que, aunque se tarda,
nunca ha fallado a la cita.
Así pues, ni enciclopedias,
ni conquistas ni embajadas
permiten vencer las nadas
de la vida y sus tragedias.
Algunas serán comedias,
pero el final es el mismo,
no hay triunfo contra el abismo
del tiempo y de su embestida,
hasta si amaste se olvida
el que te amó de eso mismo.
Ahora no tengo claro
que se hace después de aquello,
si bien el mundo es muy bello,
si bien allí hay más de un faro.
Lo cierto es que lo comparo
con el mar de mil orillas,
nunca igual ni en las sencillas,
siempre en marcha y tan cambiante
que el naufragio es, navegante,
tu lección y de rodillas.
De todos modos ya es dicho,
las cosas siguen pasando,
para bien de quién y cuándo,
eso es sólo un entredicho
La vida no es un capricho,
es insensible al que vive,
pase lo que pase exhibe
su cotidiana indolencia,
lo demás es la presencia
de cuanto el hombre percibe.
Es poco lo que nos queda,
pero es también el sustento,
como un desgarro en el viento,
que grita al girar la rueda.
Es poco pero es la greda
con que forjar el destino
el resto es nuestro camino
donde lo humano sucede
y es digna de que se quede
la fe que mueve el molino.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
02 09 14
La vida sigue su curso,
la muerte también venía,
sólo el hombre sostenía
que su amor era el recurso.
Nada valió su discurso,
cayó la flor ya marchita,
se fue la noche infinita,
sólo otro día lo aguarda
y el adiós que, aunque se tarda,
nunca ha fallado a la cita.
Así pues, ni enciclopedias,
ni conquistas ni embajadas
permiten vencer las nadas
de la vida y sus tragedias.
Algunas serán comedias,
pero el final es el mismo,
no hay triunfo contra el abismo
del tiempo y de su embestida,
hasta si amaste se olvida
el que te amó de eso mismo.
Ahora no tengo claro
que se hace después de aquello,
si bien el mundo es muy bello,
si bien allí hay más de un faro.
Lo cierto es que lo comparo
con el mar de mil orillas,
nunca igual ni en las sencillas,
siempre en marcha y tan cambiante
que el naufragio es, navegante,
tu lección y de rodillas.
De todos modos ya es dicho,
las cosas siguen pasando,
para bien de quién y cuándo,
eso es sólo un entredicho
La vida no es un capricho,
es insensible al que vive,
pase lo que pase exhibe
su cotidiana indolencia,
lo demás es la presencia
de cuanto el hombre percibe.
Es poco lo que nos queda,
pero es también el sustento,
como un desgarro en el viento,
que grita al girar la rueda.
Es poco pero es la greda
con que forjar el destino
el resto es nuestro camino
donde lo humano sucede
y es digna de que se quede
la fe que mueve el molino.
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