Quince de agosto
Hoy es el aniversario de la muerte de mi madre,
murió hace mucho parece,
parece que fue hace tanto tiempo,
pero lo cierto, al mismo tiempo, es que aquí sigue,
pegada a tantos nietos que bien crecen,
a sus hijos que seguimos su camino
y a los sueños que quizás sólo nosotros sostenemos.
Al menos yo la veo cuando llueve,
cuando camino al sol y le digo “feliz día,
gracias por darme a mi tanta delicia
y por hacerme compartir con mis hermanos cada paso”.
Y ya todos lo sabemos, ella vive
en cada ocasión de recordar o de juntarnos,
en cada soledad en que su ejemplo nos da fuerza,
su empeño más tesón y su alegría
más ganas de vivir, porque es con ella que marchamos.
Hoy es pues, si bien su aniversario,
el de su muerte, digo, cuando se fue con las estrellas,
es además, como fue ayer,
como ha de ser siempre mañana y siempre ahora,
la fiesta de saber que no nos deja,
que mira desde allá, mientras riega su patio,
que escucha desde acá, mientras cambia tantas sábanas
y que en cada cual persiste en confiar en nuevos tiempos,
en un mundo mejor para nosotros y para todos,
en esa gran verdad de cada gesto de abrazarnos.
Por eso más que ahora es cada día
cuando la vemos venir si alguien pregunta cuánto falta,
por dónde hay que avanzar, qué cielo bueno es este.
Nosotros lo sabemos, ella sabe,
si no todo fue dulce es porque así nos hizo fuertes,
si no todo fue justicia era que a solas no podía
y aún así lo que hizo fue lo mejor que pudo darnos,
y si nosotros nos caemos o dudamos, aun ahora,
ella, que por algo es nuestra madre,
probablemente nos de con la mirada un sermón nuevo,
nos de verdaderamente algún sermón con sus palabras
y luego nos levante, diga ahora,
ahora sigue tú, sigan ustedes,
yo estoy cansada, me enfermé, quiero rendirme,
los amo, hijos míos, quiero que sepan
que soy feliz de verlos sonreír y caminando.
Igual nosotros madre, te diremos,
madre nuestra, te tenemos,
y haremos que descanses con tu sueño
y con el que nosotros ya buscamos en la tierra,
con calma, con verdad, con el amor que nos legaste
y que hoy nos pone aquí para brindarte nuestro orgullo.
Un beso, madre nuestra, mañana cantaremos,
hoy todo es recordar aquel amor que nos levanta
y aquella voluntad que nos sostiene alegremente
junto a ti desde que partes a cuidarnos desde el otro lado.
Un abrazo, madre nuestra, ya nos vemos,
hoy vamos a sembrar y el corazón será la fiesta
en que te hallemos y otra vez juntos cantemos a la vida.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
16 08 14
Hoy es el aniversario de la muerte de mi madre,
murió hace mucho parece,
parece que fue hace tanto tiempo,
pero lo cierto, al mismo tiempo, es que aquí sigue,
pegada a tantos nietos que bien crecen,
a sus hijos que seguimos su camino
y a los sueños que quizás sólo nosotros sostenemos.
Al menos yo la veo cuando llueve,
cuando camino al sol y le digo “feliz día,
gracias por darme a mi tanta delicia
y por hacerme compartir con mis hermanos cada paso”.
Y ya todos lo sabemos, ella vive
en cada ocasión de recordar o de juntarnos,
en cada soledad en que su ejemplo nos da fuerza,
su empeño más tesón y su alegría
más ganas de vivir, porque es con ella que marchamos.
Hoy es pues, si bien su aniversario,
el de su muerte, digo, cuando se fue con las estrellas,
es además, como fue ayer,
como ha de ser siempre mañana y siempre ahora,
la fiesta de saber que no nos deja,
que mira desde allá, mientras riega su patio,
que escucha desde acá, mientras cambia tantas sábanas
y que en cada cual persiste en confiar en nuevos tiempos,
en un mundo mejor para nosotros y para todos,
en esa gran verdad de cada gesto de abrazarnos.
Por eso más que ahora es cada día
cuando la vemos venir si alguien pregunta cuánto falta,
por dónde hay que avanzar, qué cielo bueno es este.
Nosotros lo sabemos, ella sabe,
si no todo fue dulce es porque así nos hizo fuertes,
si no todo fue justicia era que a solas no podía
y aún así lo que hizo fue lo mejor que pudo darnos,
y si nosotros nos caemos o dudamos, aun ahora,
ella, que por algo es nuestra madre,
probablemente nos de con la mirada un sermón nuevo,
nos de verdaderamente algún sermón con sus palabras
y luego nos levante, diga ahora,
ahora sigue tú, sigan ustedes,
yo estoy cansada, me enfermé, quiero rendirme,
los amo, hijos míos, quiero que sepan
que soy feliz de verlos sonreír y caminando.
Igual nosotros madre, te diremos,
madre nuestra, te tenemos,
y haremos que descanses con tu sueño
y con el que nosotros ya buscamos en la tierra,
con calma, con verdad, con el amor que nos legaste
y que hoy nos pone aquí para brindarte nuestro orgullo.
Un beso, madre nuestra, mañana cantaremos,
hoy todo es recordar aquel amor que nos levanta
y aquella voluntad que nos sostiene alegremente
junto a ti desde que partes a cuidarnos desde el otro lado.
Un abrazo, madre nuestra, ya nos vemos,
hoy vamos a sembrar y el corazón será la fiesta
en que te hallemos y otra vez juntos cantemos a la vida.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
16 08 14
Dom Mayo 05, 2024 8:02 pm por caminandobajolalluvia
» Desde la ventana
Dom Mayo 05, 2024 7:56 pm por caminandobajolalluvia
» Por qué, la guerra?
Miér Mayo 01, 2024 6:07 pm por caminandobajolalluvia
» Tu cuerpo se desviste...
Miér Abr 17, 2024 4:52 pm por caminandobajolalluvia
» Déjame unir mi mano con la tuya...
Miér Abr 17, 2024 4:50 pm por caminandobajolalluvia
» Tu rostro...
Lun Abr 15, 2024 3:55 am por caminandobajolalluvia
» Memoria de tu luz, cuerpo bohemio...
Mar Abr 09, 2024 9:05 pm por caminandobajolalluvia
» Mi ciudad
Jue Abr 04, 2024 1:08 pm por caminandobajolalluvia
» Mujer -reclamo tus rosas-
Jue Abr 04, 2024 1:02 pm por caminandobajolalluvia