Tras tu nombre en la memoria
Si no se ni adónde voy,
si no sé ni por qué vengo,
¿cómo es que no me detengo,
cómo es que soy el que soy?
Por saber dije me doy
a las olas y a la arena,
al cantar de la sirena
y del viento a su murmullo,
pero más que hablar, aúllo,
y más que aprender, me apena.
Y es así desde que vago
tras tu nombre en la memoria,
desde que perdí la gloria
de tu amor y de tu halago.
Y es así que bebo y trago
de los días cada hora
como un néctar que devora
con su hiel y su agonía,
que es más bien una sangría
en la que mi amor te añora.
Si el vivir tiene sentido
es pues cuando nos amamos,
y si no, qué a solas vamos,
qué inmutable es su latido.
Es de un reloj el sonido,
abandonado en el pecho,
en las calles y en el lecho,
en las días y en las sombras,
por no darle cuerda escombras
de tu amor todo el derecho.
Tal me siento, yo, que canto
del sol su rayo y su fuego,
de la luna su sosiego,
de mi hermano su quebranto.
Tal lo entiendo, yo, que aguanto
de mi pesar la embestida,
de tu anhelo la caída,
de esta espera el vil derroche,
lo sabrás cuando en el broche
de mi caja no haya vida.
Por eso antes yo te invito
a volver de tanto invierno,
a sentir mi abrazo eterno
y a probar nuestro infinito.
Es la vida lo que habito,
tú también, y amar mereces,
ya conmigo así es que creces,
ya sin ti es que yo te añoro
y en tu ausencia me decoro
soñando con que me beses.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
31 03 14
Si no se ni adónde voy,
si no sé ni por qué vengo,
¿cómo es que no me detengo,
cómo es que soy el que soy?
Por saber dije me doy
a las olas y a la arena,
al cantar de la sirena
y del viento a su murmullo,
pero más que hablar, aúllo,
y más que aprender, me apena.
Y es así desde que vago
tras tu nombre en la memoria,
desde que perdí la gloria
de tu amor y de tu halago.
Y es así que bebo y trago
de los días cada hora
como un néctar que devora
con su hiel y su agonía,
que es más bien una sangría
en la que mi amor te añora.
Si el vivir tiene sentido
es pues cuando nos amamos,
y si no, qué a solas vamos,
qué inmutable es su latido.
Es de un reloj el sonido,
abandonado en el pecho,
en las calles y en el lecho,
en las días y en las sombras,
por no darle cuerda escombras
de tu amor todo el derecho.
Tal me siento, yo, que canto
del sol su rayo y su fuego,
de la luna su sosiego,
de mi hermano su quebranto.
Tal lo entiendo, yo, que aguanto
de mi pesar la embestida,
de tu anhelo la caída,
de esta espera el vil derroche,
lo sabrás cuando en el broche
de mi caja no haya vida.
Por eso antes yo te invito
a volver de tanto invierno,
a sentir mi abrazo eterno
y a probar nuestro infinito.
Es la vida lo que habito,
tú también, y amar mereces,
ya conmigo así es que creces,
ya sin ti es que yo te añoro
y en tu ausencia me decoro
soñando con que me beses.
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