En la guerra del olvido

En la guerra del olvido

En la guerra del olvido
yo pierdo cada batalla,
te recuerdo donde vaya
y me pregunto qué ha sido.
¿Fue la muerte y su partido,
fue la ausencia y sus sicarios,
los torpes aniversarios
celebrados sin festejos,
fue que amar nos volvió viejos,
fue el dolor y temas varios?

No lo sé, por eso pierdo
la victoria de la calma
y veo rendida mi alma
a las noches del recuerdo.
No lo sé, por eso es lerdo
el vivir de cada día,
el gozar de la alegría,
el creer que el cielo existe,
tanto amor que me tuviste
y ya es nada, vida mía.

Tanto amor también te tuve,
que no sé cómo hemos ido
de vuelta solos al nido,
y el sol ver volverse nube.
Tantas veces me detuve
yo en tu puerta y en tu boca,
que no sé por qué me toca
verlas cerrarse a mi paso,
si allá dentro forjé un lazo
que acá afuera aún te evoca.

Pero es todo lo que entiendo,
que te dan, luego te quitan,
que las dudas que te habitan
formas son de lo que aprendo.
Y que por saber me vendo
a la noche y sus estrellas,
al derroche con sus huellas,
al placer con sus mentiras,
y que al fin sé que me miras,
aunque esquives mis querellas.

Y así cada día lucho,
y así cada día muero,
digo que te amo y te quiero,
digo que importa y que es mucho.
Sé que es silencio el que escucho,
sé que es contienda lo que hallo,
pero sé que no me fallo
si lo que siento te digo,
soy mi juez y mi testigo,
soy mi voz y no me callo.

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24 03 14