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por ROSY MTZ. Vie Mar 14, 2014 2:39 pmCuento Infantil surrealista.
LA TRAVESIA DE “PAPE” UN PEQUEÑO BARQUITO DE PAPEL.
Un niño llamado Lorenzo de escasos 5 años, se encontraba vacacionando con su familia en una linda playa del sur de México.
I (Lorenzo da forma y crea a “pape” el pequeño barquito)
Una hermosa mañana resplandeciente, las olas del mar apacibles y serenas, el cielo inmensamente azul como los ojos de Lorenzo.
Su padre tumbado en una hamaca leyendo un periódico, la madre de Lorenzo y su hermanita, formaban una pirámide de arena.
Fue cuando Lorenzo vio que su padre soltaba el periódico, corrió diligente y con entusiasmo hacia aquel pedazo de papel. ¡Vaya!... exclamó, esto servirá para hacer un barquito de papel. Y al momento de estar marcando y doblando dando forma estaba soltando su amor en él.
Al término dijo: le llamaré “pape”, este barquito navegará por los mares y me gustaría que un día lo volviera a ver y que me contara su viaje.
La hermanita lo escuchaba y observaba.
Bueno dijo Lorenzo quizás no viaje mucho, ¡no lo sé!, o ¡tal vez sí!, pero si alguien te encontrara desorientado te agregaré mi nombre y dirección para que te regresen a mi lado.
¡Adelante a navegar! y ¡buena suerte amigo! -se despidió el pequeño Lorenzo de “pape”.
II (Inicia el viaje de “pape”)
“pape” empezó su viaje, las olas del mar empezaron arreciar y lo llevaban cada vez más rápido y lejos pasaron 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 días y el pequeño barquito disfrutaba del sol y la hermosa vista del mar, fue pues cuando conoció a un par de delfines que alegraban con su canto, dando volteretas alrededor de él.
¿Hola pequeño?, dijo uno de ellos ¿adónde te diriges?
“pape” contestó ¡no lo sé!, voy a favor del viento.
Estaba feliz disfrutando esos lindos momentos sonriendo en el mar bajo ese hermoso sol conviviendo con sus nuevos amigos “del” y otro “fin” que lo llevaron a un gran paseo y conduciéndolo aún más lejos, despidiéndose después de un tiempo de “pape”.
Pasaron más días…. y meses 1, 2, 3, 4, 5. Cuando ¡oh!... ¿qué era lo que se aproximaba?...
“pape” entonces pensó, porque era un periódico muy bien informado que podría ser un tiburón que lo hundiría y de repente la esperanza de ver a su amigo Lorenzo fracasaría.
Y repentinamente como un ángel del cielo tan fugaz llegó elevándolo, era una hermosa garza llamada “arza” que pasaba en el momento llevándolo hacia la orilla donde había unos lindos árboles., diciéndole - ¿hola, te encuentras bien?, sí muchas gracias a ti linda amiga.
Pasaron una bella tarde, la avecita no paraba de hablar le contaba a ”pape” de su vida, cuando dijo: llegó el tiempo de mi partida, un placer conocerte, el placer fue mío respondió “pape”.
Pasaron 1, 2 años y “pape” había hecho nuevos amigos unos divertidos monos que brincaban en los árboles y jugaban con los cocos como si fueran pelotas.
Hasta llegar un día en que le tocó contemplar una hermosa sirena que trepó a unas rocas muy cercas de donde estaba el pequeño barquito que quedó hechizado sin habla la miró hasta la puesta del sol en que volvió a sucumbir a las aguas.
Pero a “pape” cada día se le tostaba su piel al principio era medio blanquito pero el sol, el viento y el tiempo lo habían transformado en amarillo y cada día las esperanzas de ver a Lorenzo se agotaban pero alzaba su voz al cielo pidiendo a Dios de su fortaleza para no agotar sus anhelos.
Cuando ¡ah!... una embarcación, que hizo un pequeño descanso en la orilla en la que “pape” se encontraba.
Bajaron varios marinos pero uno de ellos lo miró y lo levantó. Se preguntó ¿qué haría un pequeño barquito en la desolada isla?, ¿lo olvidarían ahí?, fue entonces que se fijó que con pluma decía el nombre y dirección de Lorenzo, entre frunció el ceño y lo guardó, retomando luego su viaje.
III (El regreso de “pape” y su reencuentro con Lorenzo)
Al llegar la embarcación a tierra la persona que había encontrado el pequeño barquito de papel era un almirante que cuando lo vio se acordó de su pequeño hijo, el cual extrañaba cuando navegaba y decidió poner a “pape” en una pequeña caja de cartón la selló, poniendo remitente y destinatario para que fuera entregado a su dueño.
Llegó el correo el día en que era un día de fiesta, el cumpleaños número 7 de Lorenzo, tomando la cajita en sus manos se fue corriendo hasta su recamara de forma inesperada era un regalo extraño sin envoltura, el presintió es algo sólo para mí.
¡Qué alegría!... era “pape”. Tenía otro color, ¿cuéntamelo todo amigo?
“pape” algo cansado le empezó a narrar su viaje, de los amigos que hizo a su paso, de cómo fue que lo encontraron y de cómo había llegado, al término de contárselo todo “pape” se desplomó en sus manos en muchos pedacitos, tostadísimo por tanto exponerse en su viaje.
¿Por qué llegó la alegría?, ¿por qué se fue?...
Bueno lo que sí sabía Lorenzo es que un pequeño barquito valiente regreso a él a contarle todo lo sucedido en alta mar y sus deseos se habían convertido en realidad.
Y cuidadosamente colocó cada pedazo en una pequeña cajita, la sello y le puso: Aquí yace “pape” un intrépido barquito.
IV (“pape” y su nueva morada)
La cajita Lorenzo la conservó toda su vida.
Y de vez en cuando ya ancianito Lorenzo contaba una bella historia a sus nietos de “pape” un pequeño barquito de papel, los niños vivían un mundo de fascinación al lado de su abuelo.
Cuando murió Lorenzo dejó una encomienda que le pusieran junto a él una pequeña cajita que conservaba en un viejo y carcomido baúl.
En su entierro la gente murmuraba con asombro: ¿qué guardaría en esa cajita?,
¿Será una joya?, ¿alguna insignia de valor?...
A mil preguntas un pequeño contestó. Es “pape” un valioso barquito.
La gente atónita, no lograba entender ¿qué barquito?
El niño recordando las historias del abuelo, ligeramente sonrió contestando.
Bueno los restos de un barquito de papel.
(FIN)
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Rosa Adela Mtz. 13-03/2014---
LA TRAVESIA DE “PAPE” UN PEQUEÑO BARQUITO DE PAPEL.
Un niño llamado Lorenzo de escasos 5 años, se encontraba vacacionando con su familia en una linda playa del sur de México.
I (Lorenzo da forma y crea a “pape” el pequeño barquito)
Una hermosa mañana resplandeciente, las olas del mar apacibles y serenas, el cielo inmensamente azul como los ojos de Lorenzo.
Su padre tumbado en una hamaca leyendo un periódico, la madre de Lorenzo y su hermanita, formaban una pirámide de arena.
Fue cuando Lorenzo vio que su padre soltaba el periódico, corrió diligente y con entusiasmo hacia aquel pedazo de papel. ¡Vaya!... exclamó, esto servirá para hacer un barquito de papel. Y al momento de estar marcando y doblando dando forma estaba soltando su amor en él.
Al término dijo: le llamaré “pape”, este barquito navegará por los mares y me gustaría que un día lo volviera a ver y que me contara su viaje.
La hermanita lo escuchaba y observaba.
Bueno dijo Lorenzo quizás no viaje mucho, ¡no lo sé!, o ¡tal vez sí!, pero si alguien te encontrara desorientado te agregaré mi nombre y dirección para que te regresen a mi lado.
¡Adelante a navegar! y ¡buena suerte amigo! -se despidió el pequeño Lorenzo de “pape”.
II (Inicia el viaje de “pape”)
“pape” empezó su viaje, las olas del mar empezaron arreciar y lo llevaban cada vez más rápido y lejos pasaron 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 días y el pequeño barquito disfrutaba del sol y la hermosa vista del mar, fue pues cuando conoció a un par de delfines que alegraban con su canto, dando volteretas alrededor de él.
¿Hola pequeño?, dijo uno de ellos ¿adónde te diriges?
“pape” contestó ¡no lo sé!, voy a favor del viento.
Estaba feliz disfrutando esos lindos momentos sonriendo en el mar bajo ese hermoso sol conviviendo con sus nuevos amigos “del” y otro “fin” que lo llevaron a un gran paseo y conduciéndolo aún más lejos, despidiéndose después de un tiempo de “pape”.
Pasaron más días…. y meses 1, 2, 3, 4, 5. Cuando ¡oh!... ¿qué era lo que se aproximaba?...
“pape” entonces pensó, porque era un periódico muy bien informado que podría ser un tiburón que lo hundiría y de repente la esperanza de ver a su amigo Lorenzo fracasaría.
Y repentinamente como un ángel del cielo tan fugaz llegó elevándolo, era una hermosa garza llamada “arza” que pasaba en el momento llevándolo hacia la orilla donde había unos lindos árboles., diciéndole - ¿hola, te encuentras bien?, sí muchas gracias a ti linda amiga.
Pasaron una bella tarde, la avecita no paraba de hablar le contaba a ”pape” de su vida, cuando dijo: llegó el tiempo de mi partida, un placer conocerte, el placer fue mío respondió “pape”.
Pasaron 1, 2 años y “pape” había hecho nuevos amigos unos divertidos monos que brincaban en los árboles y jugaban con los cocos como si fueran pelotas.
Hasta llegar un día en que le tocó contemplar una hermosa sirena que trepó a unas rocas muy cercas de donde estaba el pequeño barquito que quedó hechizado sin habla la miró hasta la puesta del sol en que volvió a sucumbir a las aguas.
Pero a “pape” cada día se le tostaba su piel al principio era medio blanquito pero el sol, el viento y el tiempo lo habían transformado en amarillo y cada día las esperanzas de ver a Lorenzo se agotaban pero alzaba su voz al cielo pidiendo a Dios de su fortaleza para no agotar sus anhelos.
Cuando ¡ah!... una embarcación, que hizo un pequeño descanso en la orilla en la que “pape” se encontraba.
Bajaron varios marinos pero uno de ellos lo miró y lo levantó. Se preguntó ¿qué haría un pequeño barquito en la desolada isla?, ¿lo olvidarían ahí?, fue entonces que se fijó que con pluma decía el nombre y dirección de Lorenzo, entre frunció el ceño y lo guardó, retomando luego su viaje.
III (El regreso de “pape” y su reencuentro con Lorenzo)
Al llegar la embarcación a tierra la persona que había encontrado el pequeño barquito de papel era un almirante que cuando lo vio se acordó de su pequeño hijo, el cual extrañaba cuando navegaba y decidió poner a “pape” en una pequeña caja de cartón la selló, poniendo remitente y destinatario para que fuera entregado a su dueño.
Llegó el correo el día en que era un día de fiesta, el cumpleaños número 7 de Lorenzo, tomando la cajita en sus manos se fue corriendo hasta su recamara de forma inesperada era un regalo extraño sin envoltura, el presintió es algo sólo para mí.
¡Qué alegría!... era “pape”. Tenía otro color, ¿cuéntamelo todo amigo?
“pape” algo cansado le empezó a narrar su viaje, de los amigos que hizo a su paso, de cómo fue que lo encontraron y de cómo había llegado, al término de contárselo todo “pape” se desplomó en sus manos en muchos pedacitos, tostadísimo por tanto exponerse en su viaje.
¿Por qué llegó la alegría?, ¿por qué se fue?...
Bueno lo que sí sabía Lorenzo es que un pequeño barquito valiente regreso a él a contarle todo lo sucedido en alta mar y sus deseos se habían convertido en realidad.
Y cuidadosamente colocó cada pedazo en una pequeña cajita, la sello y le puso: Aquí yace “pape” un intrépido barquito.
IV (“pape” y su nueva morada)
La cajita Lorenzo la conservó toda su vida.
Y de vez en cuando ya ancianito Lorenzo contaba una bella historia a sus nietos de “pape” un pequeño barquito de papel, los niños vivían un mundo de fascinación al lado de su abuelo.
Cuando murió Lorenzo dejó una encomienda que le pusieran junto a él una pequeña cajita que conservaba en un viejo y carcomido baúl.
En su entierro la gente murmuraba con asombro: ¿qué guardaría en esa cajita?,
¿Será una joya?, ¿alguna insignia de valor?...
A mil preguntas un pequeño contestó. Es “pape” un valioso barquito.
La gente atónita, no lograba entender ¿qué barquito?
El niño recordando las historias del abuelo, ligeramente sonrió contestando.
Bueno los restos de un barquito de papel.
(FIN)
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Última edición por ROSY MTZ. el Dom Mar 16, 2014 3:13 pm, editado 1 vez (Razón : error de dedo)
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