Clara, diserta tu pasión enamorada rosa,
aluvión a mi desvelo de clausurada mirada
donde el ruiseñor entre el vergel aún no goza
coronado de su albor su muda amada…
Así, de sueño embala sutil ramo, so desnudo
del destello que se hermana con tu canto
aletargando la prisión su sol de amïanto,
y secundado al efluvio de su trino, mudo…
Entre sus gemas hay segundos de esmeralda,
cobijados por el alba, en su destello
donde derrama todo albor, el oro en tu cabello
de sombra en lento vals de vïento, sombra gualda…
De tu desnudo trino, aleve prisión calla
velando su motivo de diurna desazón,
cobijando la marëa de tu sello de razón
purpurando la llamada de tu beso, halla…
Halla la gema dulce y prístina congoja
salpicado oro de artesa su desnudez bermeja
por sobre el ala herida su canción de reja
su Canto, vendaval que su pasión arroja…
Desliz predado, del rojo de tus labios,
donde descubre el cielo albores hecho tamos
por sobre la mirada de las hojas, soles sabios
desde sus perlas dispersadas, el brillo de sus ramos…
Alerce, pino, regodeándose en sus gotas
donde diluye el freno sus idénticas llamadas
aquél zorzal que mueve su nido y en sus motas
diluvia su arsenal de semillas anidadas…
Idéntico blasón que abarca poco lecho
de su desnuda sombra, idéntica en el pecho,
clamor que siempre embarga a sumos rasgos, plectro
su Sol es el diamante que responde a mi cabestro…
Idéntica mañana, resumen de oro dïario
albor que no sostiene pasión sin su reclamo,
tridente que sin ser motivo de su engaño
azora en su desdén la bruma que yo amo…
Y troca ya su sombra, de nuevo en castas dulces
azules las doncellas, Sirenas de mis roces,
por donde las declama, sumidos en sus goces
quiméricas celadas y cielos que realces…
Aleve prisión bate, sobre soberanas simas
bermejas noches, sombras, de tus desnudas rimas
por sobre el alba puede, prisión a sus endrinas
siluetas del ocaso, que éramos en ruinas…
Palabras donde diera, motivos gentil Musa,
de sólo rasgo bello, adelantada alcuza
cuyo alma no retiene de claridad y forma,
desnuda en su deidad, caliginosa norma…
Privada de su celo, sü pïerna no lo sabe,
pero demuestra al cielo que la mirada robe
en su panoja austera, ceñida al desengaño
de tu desnuda lläma, virtud de oprobio y daño…
Tan engañado, sueño, la pasión que me regalas,
desde donde tu pecho, mi cielo son tus alas…
aluvión a mi desvelo de clausurada mirada
donde el ruiseñor entre el vergel aún no goza
coronado de su albor su muda amada…
Así, de sueño embala sutil ramo, so desnudo
del destello que se hermana con tu canto
aletargando la prisión su sol de amïanto,
y secundado al efluvio de su trino, mudo…
Entre sus gemas hay segundos de esmeralda,
cobijados por el alba, en su destello
donde derrama todo albor, el oro en tu cabello
de sombra en lento vals de vïento, sombra gualda…
De tu desnudo trino, aleve prisión calla
velando su motivo de diurna desazón,
cobijando la marëa de tu sello de razón
purpurando la llamada de tu beso, halla…
Halla la gema dulce y prístina congoja
salpicado oro de artesa su desnudez bermeja
por sobre el ala herida su canción de reja
su Canto, vendaval que su pasión arroja…
Desliz predado, del rojo de tus labios,
donde descubre el cielo albores hecho tamos
por sobre la mirada de las hojas, soles sabios
desde sus perlas dispersadas, el brillo de sus ramos…
Alerce, pino, regodeándose en sus gotas
donde diluye el freno sus idénticas llamadas
aquél zorzal que mueve su nido y en sus motas
diluvia su arsenal de semillas anidadas…
Idéntico blasón que abarca poco lecho
de su desnuda sombra, idéntica en el pecho,
clamor que siempre embarga a sumos rasgos, plectro
su Sol es el diamante que responde a mi cabestro…
Idéntica mañana, resumen de oro dïario
albor que no sostiene pasión sin su reclamo,
tridente que sin ser motivo de su engaño
azora en su desdén la bruma que yo amo…
Y troca ya su sombra, de nuevo en castas dulces
azules las doncellas, Sirenas de mis roces,
por donde las declama, sumidos en sus goces
quiméricas celadas y cielos que realces…
Aleve prisión bate, sobre soberanas simas
bermejas noches, sombras, de tus desnudas rimas
por sobre el alba puede, prisión a sus endrinas
siluetas del ocaso, que éramos en ruinas…
Palabras donde diera, motivos gentil Musa,
de sólo rasgo bello, adelantada alcuza
cuyo alma no retiene de claridad y forma,
desnuda en su deidad, caliginosa norma…
Privada de su celo, sü pïerna no lo sabe,
pero demuestra al cielo que la mirada robe
en su panoja austera, ceñida al desengaño
de tu desnuda lläma, virtud de oprobio y daño…
Tan engañado, sueño, la pasión que me regalas,
desde donde tu pecho, mi cielo son tus alas…
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