Interrogante

Interrogante

¿Cómo llamar a eso que no cabe en las palabras,
ni en el ojo, ni en la acción, ni en el feroz silencio,
que existe sin nombrar, que llama sin ser fuego,
que pierdes y que encuentras en la misma noche oscura,
en el mismo pantalón de los bolsillos rotos,
en la sorpresa usual que te supera con sus olas?
¿Cómo, si hay libertad y bibliotecas y aire puro,
cómo si en la ocasión se para todo ante su caso,
vuelves a nacer, te mueres en dos pasos
y cantas sin poder llevar tu voz a tu  garganta?
¿Cómo, si no hay final que no esté escrito,
principio que no sea un viejo lodo,
tiempo, caricias, sol, lo que te habita,
y entre piel y pulmón un murmullo colorado?
¿Es el amor? Es más. ¿Es el dolor? Más duele.
No es la muerte, que en todas hay epitafio,
no es vivir, que allí se aprende, aprende, aprende.
No es tu nombre, lo conozco,
no es el mío, el sol me llama.
No sé, no lo sabré, pero al que sepa le pregunto:
¿cómo llamar a eso que no cabe en las palabras?

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03 02 13