El corazón se endurece

El corazón se endurece

El corazón se endurece
como en la sombra el jardín
si un beso no llega al fin
o antes de tiempo fallece.
El corazón se estremece
de ver su sueño incumplido,
tanto luchar su latido
por una costa distante
para quedar sin amante
y en esas playas de olvido.

Entonces latir no quiere
ni que se escuche su queja,
de lágrimas se despeja,
de sangre porque así muere.
Hasta el oxígeno hiere
su impulso y su travesía,
malhaya, dice, aquel día
en que conocí el amor,
sin receta y sin doctor
y yo enfermo de alegría.

Quién me cura hoy la tristeza,
lo insensible, lo cansado,
si en mis puertas hay candado,
si en mis muros hay bajeza.
Lejos se fue la pureza
del primer beso inocente,
razón tuvo la serpiente
que ofrece su tentación,
que una sola es la ocasión
de vivir lo que se siente.

Luego el mundo es poco y nada,
una noche, una partida,
un orgasmo, una embestida
y una calle clausurada.
Y pasa el tiempo y su espada
corta la flor que se quede,
así al negar nos sucede
que al no ver el jardín muerto,
se hace nuestro aquel desierto
en que huir ya nadie puede.

¿Tú estás triste? Yo también.
¿Tú vendrás? ¿No? Yo tampoco.
Y así muere poco a poco
la esperanza que te den.
La vida es un duro tren
que no conoce ramales,
tanto tienes, tanto vales,
no hay del amor estaciones,
de viaje los corazones,
de equipaje, nuestros males.

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