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por El manto de los cielos cultivó nuestras sonrisas
que germinaron como médanos de sal, de sal nevada
y esas flores, que florecieron tan precisas
perfumes fueron de jazmín, de tu mirada…
Al horizonte de tus rosas, bienamada
la locura de tu miel soñó benigna
la distinción de aquél laurel que no resigna
toda la flor que fue princesa enamorada…
Junto a tus pechos la misma sombra fue hojarasca
de aquella hiedra que cultivó su crecimiento,
y aquella rosa fue por demás mi pleitesía, que emborrasca
mi silencio de amor junto a tu brío… Evento
de luz sobre tus sienes se acongojan
los intentos de besar tu muda grana
y en la sombra a mi redil fue sombra hermana
aquél tu beso de pasiones que sonrojan…
Desnuda hiel de tu fragancia fue la noche
sin el fuego que semblanza oír no puede en vano
lastimar mi voz con la rosa que liviano
ardor de la enseñanza fue en derroche…
De tu cabello largo relucía mi prístina mañana
que las estrellas se enredaron en tus senos
cual horizontes en el alba tan temprana
robustecían en tu pecho luz de trenos…
Rosa se oía a tu goce la endrina tez robada
en asunción con el cardumen de tu imagen
platëada de centellas ante la sombra nacarada
tu luz de flor aludía el ruiseñor en una virgen…
Eleva al trono de tu belleza el carmín que me provoca
el sentimiento que es manzana de luz, ya de tu boca,
y en tu mirada la armonía de tu calma me trastoca
de mar cuya marea vence la dureza de una roca…
Inmerso en tus labios puedes más que mis laúdes
música agrupar de los sonidos las ultranzas
de las coplas que los pájaros se mueven en mudanzas
en sólo nieve que aclarece tus virtudes…
Más de tu sueño, más de ti roba la estrella
que al firmamento de mis ojos, mi querella
engendra claros en el desnudo de tu huella,
amarte al fin, es amar a la más bella…
Junto a tu beso, mis labios, coronados,
han de enloquecer con tu aliento, bienamados…
que germinaron como médanos de sal, de sal nevada
y esas flores, que florecieron tan precisas
perfumes fueron de jazmín, de tu mirada…
Al horizonte de tus rosas, bienamada
la locura de tu miel soñó benigna
la distinción de aquél laurel que no resigna
toda la flor que fue princesa enamorada…
Junto a tus pechos la misma sombra fue hojarasca
de aquella hiedra que cultivó su crecimiento,
y aquella rosa fue por demás mi pleitesía, que emborrasca
mi silencio de amor junto a tu brío… Evento
de luz sobre tus sienes se acongojan
los intentos de besar tu muda grana
y en la sombra a mi redil fue sombra hermana
aquél tu beso de pasiones que sonrojan…
Desnuda hiel de tu fragancia fue la noche
sin el fuego que semblanza oír no puede en vano
lastimar mi voz con la rosa que liviano
ardor de la enseñanza fue en derroche…
De tu cabello largo relucía mi prístina mañana
que las estrellas se enredaron en tus senos
cual horizontes en el alba tan temprana
robustecían en tu pecho luz de trenos…
Rosa se oía a tu goce la endrina tez robada
en asunción con el cardumen de tu imagen
platëada de centellas ante la sombra nacarada
tu luz de flor aludía el ruiseñor en una virgen…
Eleva al trono de tu belleza el carmín que me provoca
el sentimiento que es manzana de luz, ya de tu boca,
y en tu mirada la armonía de tu calma me trastoca
de mar cuya marea vence la dureza de una roca…
Inmerso en tus labios puedes más que mis laúdes
música agrupar de los sonidos las ultranzas
de las coplas que los pájaros se mueven en mudanzas
en sólo nieve que aclarece tus virtudes…
Más de tu sueño, más de ti roba la estrella
que al firmamento de mis ojos, mi querella
engendra claros en el desnudo de tu huella,
amarte al fin, es amar a la más bella…
Junto a tu beso, mis labios, coronados,
han de enloquecer con tu aliento, bienamados…
» Déjame unir mi mano con la tuya...
» Tu rostro...
» Memoria de tu luz, cuerpo bohemio...
» Mi ciudad
» Mujer -reclamo tus rosas-
» La huella del amor...
» Desnuda cadencia...
» Son claveles...