Palabras al perdido
De tanto perder pelo y vacaciones,
de tanto hablar a solas con el mundo,
gallo que ardió fervientemente en las esquinas,
quiltro apaleado soy del cementerio de estos días.
Y me amargo lo preciso al ver que no amas
ni a tus padres ni a tu flor ni a tu terrestre arboladura,
que no amas al amigo, a aquel extraño, al enemigo,
que no amas ni tu sol cuando te miras al espejo.
El resto no me ocupa, yo no tengo
tribulaciones con quien parte, con quien duerme,
es todo mi deber el que despierta,
el que camina en la ciudad con barro y sueño,
pero sabiendo adonde va, y hasta sabiendo que quizá no llegue.
Es esa mi canción, la del farol en la tormenta,
la del cristal roto en tus ojos,
la de la fe hecha remolino.
No puedes batallar en soledad y sin tú mismo,
precisas tu camisa y tu oración junto a tu pecho,
no vayas a creer que estoy tirándote las orejas,
es sólo que te vi tan cabizbajo que pensé en amarte.
Pequeño corazón, conciudadano de este mundo,
confía en tu verdad, el resto flores a los cerdos,
confía en tu dolor, la espina siempre dará rosas
y rosas que arderán cuando ni tú ni yo aromemos.
Me abrazo a tu dolor como a la estrella que no alcanzo,
pero en el charco del vivir veo que esbozas tu sonrisa,
entonces sé que no es en vano todo el laberinto,
entonces doy por fin con la palabra que no hallaba.
Mañana enterraremos lo demás de tanto olvido,
por hoy vayamos ya sencillamente a alzar el vuelo.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
01 09 13
De tanto perder pelo y vacaciones,
de tanto hablar a solas con el mundo,
gallo que ardió fervientemente en las esquinas,
quiltro apaleado soy del cementerio de estos días.
Y me amargo lo preciso al ver que no amas
ni a tus padres ni a tu flor ni a tu terrestre arboladura,
que no amas al amigo, a aquel extraño, al enemigo,
que no amas ni tu sol cuando te miras al espejo.
El resto no me ocupa, yo no tengo
tribulaciones con quien parte, con quien duerme,
es todo mi deber el que despierta,
el que camina en la ciudad con barro y sueño,
pero sabiendo adonde va, y hasta sabiendo que quizá no llegue.
Es esa mi canción, la del farol en la tormenta,
la del cristal roto en tus ojos,
la de la fe hecha remolino.
No puedes batallar en soledad y sin tú mismo,
precisas tu camisa y tu oración junto a tu pecho,
no vayas a creer que estoy tirándote las orejas,
es sólo que te vi tan cabizbajo que pensé en amarte.
Pequeño corazón, conciudadano de este mundo,
confía en tu verdad, el resto flores a los cerdos,
confía en tu dolor, la espina siempre dará rosas
y rosas que arderán cuando ni tú ni yo aromemos.
Me abrazo a tu dolor como a la estrella que no alcanzo,
pero en el charco del vivir veo que esbozas tu sonrisa,
entonces sé que no es en vano todo el laberinto,
entonces doy por fin con la palabra que no hallaba.
Mañana enterraremos lo demás de tanto olvido,
por hoy vayamos ya sencillamente a alzar el vuelo.
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01 09 13
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