De todo lo que vi

De todo lo que vi

De todo lo que vi, lo que no he visto
por siempre pudo más que mi pupila,
la sombra por abrir, el par de besos
que en mi piel pernoctó hasta hallar el día.
Busqué en cada balcón las aves idas,
en la plaza la estatua del guerrero,
la sonrisa en la paz del victorioso,
la mano del amor en la pareja humana.
Mas a menudo vi sólo residuos,
corbatas en el cuello del ahorcado,
cenizas del que fuma eternidad adentro,
palomas muertas al final de aquel poema.
También en mi viví el apocalipsis,
mil noches de dolor color tiniebla,
mil pasos hacia atrás en plena ruta
y un ruido de montañas rotas, muertas
al desprenderse el corazón en pleno olvido.
Por eso no canté sin la verdad de la alegría,
por eso no lloré sin ojos rojos como el cielo,
no quise simular ser quien no he sido,
no pude ser más alto que mi propia cabellera.
Admito que soñé en mi barro hallar estrellas,
en mi piel un volcán o un mar airado,
entre mis sienes un tambor que de la alarma,
en mis diez dedos diez mil bosques de perenne primavera.
Y lo logré, yo sé que yo te amé y que tú me amaste,
que el pueblo me enseñó a rastrear semillas,
que tuve un hijo fiel a su fecundo y buen destino,
que a pasos del hogar alguien corrió para abrazarme.
Y así, si espero más, es que más puedo,
tal cual de cada flor la sabia abeja
o el pronto porvenir ya sin tiranos ni mentiras.
Mirando más allá el amor me encuentra,
con él caminaré para en tus ojos
derramar toda mi entrega en las miradas del mañana.

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19 08 13