Cuentame un cuento, mamá

Cuéntame un cuento mamá,
cuéntame un cuento.
No importa si es una historia
que pensaste para mi
o un simple relato prestado.

Sólo quiero tu tiempo mamá.
Sólo necesito escuchar tu voz
acariciando mi oído.
Sólo busco que se alcen las
barreras para que pasen todas las
faroleras que enciendan el farol
de mi alegría mamá.
Estoy tan sola, mamita!
Estoy tan triste sin tus cuentos!

Si me hubieses mirado a tiempo
mamá!
Tu mirada y tus cuentos hubiesen
evitado que me perdiera tanto...

(A veces pienso que los ojos de un niño
al nacer, son como velas con
pábilos intactos, a los que solo encienden
miradas amorosas)

Yo no tuve mamá, ni tu mirada
ni tus cuentos.
Y sola, con el tiempo, me fui convenciendo
que tenías el corazón ciego para quererme,
y muda tu garganta para contarme el mundo.
Entonces, caminé a tientas por la vida,
mamá.
Dibujando hermosos cuentos para otros
e intentando a veces cambiar sus tristes realidades.
Sí, es cierto mamá, que un día
apareció un príncipe cuyo amor
me prometía el mejor de los reinos
pero era de esos otros cuentos
mamá de esos que atormentan
de noche a los niños.

Esos cuentos con felices principios
pero que, inexorablemente culminan
con un triste final.

Por eso, ahora, por favor te lo pido: no me
prives de escuchar tu cuentito
mamá.

Bellísimo tu poema!!
Tienes razón, el amor de una madre
es fundamental para el buen
desarrollo de una persona.

Muchas gracias Delia! Si, esa mirada, una sonrisa, y la tibieza de un abrazo, construyen identidad. Todavía no me animo a elogiarlos, aunque me deleite con lo que escriben siento que me falta tiempo y experiencia