Bajo la espina

Bajo la espina
bajo la tierra herida en grietas
de sequedad acumulada
tras el labio erosionado de mentiras
tras la pupila estéril, sin lágrimas, ni lluvia
entre la piedra y la piedra
de los campos de ceniza

derramado el oído por el suelo
como rastreador de latidos
que huyen al galope
en un “no creo” alazán-veloz-paso

escucho el lejano y rítmico sonido
como de algo que bombea
dolor hacia la espalda

es el hombre herido
por la falta de respuestas

de manos heridas por el querer,
vencido de hacer nada

secando al paso esfuerzos y esperanzas
pues, declarose muerto muy antes del entierro

pero hacia atrás gritan los poros escondidos
que en las entrañas mora un beso para el niño
y una mano pequeña para una mujer sin abrigo
y una flor que se come
para un hambriento del camino...

que de amor preñado huye solo y desvalido
casi muerto por lo herido
de filosas derrotas, desamores y recuerdos…

¡Dios, que se detenga y no muera el crío!

Me encanta como logras tus poemas...un gusto.
Un abrazo.

derramado el oído por el suelo
como rastreador de latidos
que huyen al galope
en un “no creo” alazán-veloz-paso


excelente, excelente, excelente...