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por Palabra que razona palabra, mar en trance, mar en calma
sosiego que invade desnuda sombra donde orbita la luna
huella que nace en el viento y desnuda mi alma
desnuda llaga que crece fraguando, oportuna...
Distancia que nieva en el atrio y perfuma las olas
con el cántaro bruno que silba y desnuda mi ángel
madera que cimbra en el fuego su humo desolas
campana que enciende en la cumbre y apronta el bajel...
Mudo clamor descifrando la noche que vuelve
y mudando el estío la sombra disuelve
estado que dora la nieve sobre el ala dormida,
palabra que pulsa el regazo donde empieza la vida...
Troca el azor descubierto su bandada desnuda,
y, sobre el viento repara su nube de viento,
deshace la nieve del alba y su conjuro siento
prender en la bruma el monte que la hierba anuda...
Alear su vestigio que crece e impropia el regazo
donde se traza el ubicuo desliz del ocaso
rompiente en el suelo que muda tu abrazo
a la lentitud del mero silencio de un vaso...
Silencio que esconde la huella invisible,
del trazo que esconde su lenta cigarra
donde el oro muge candil de guitarra:
aquella madera del viento sensible...
Rezago en el sol mi carbunclo impreciso, las ascuas
del secreto desván de la diurna princesa
que eleva en el viento muda sonrisa de artesa,
cadencia ofuscada bajo nieblas y recuas...
Secreto que silba bajo la serpiente
navío que aclara oportuna y silente
la sombra de un alba sobre bruna frente,
cadencia de un mar encendido, presente...
Resguardo, mitad de sofreno que andaba
rispiando en el alba el fruto de aldabas
abriendo las puertas mientras tú me dabas
aquella sortija que tu miel deseaba...
Nocturna palabra cuenta hacia las horas
desnudas palabras donde ciela mi cielo
desnudo el pañuelo, pregón de mi anhelo
cabello que disputa el fuego que imploras...
Desnudo crepúsculo, cadencia infinita,
desnuda, dorada pasión que me excita.
sosiego que invade desnuda sombra donde orbita la luna
huella que nace en el viento y desnuda mi alma
desnuda llaga que crece fraguando, oportuna...
Distancia que nieva en el atrio y perfuma las olas
con el cántaro bruno que silba y desnuda mi ángel
madera que cimbra en el fuego su humo desolas
campana que enciende en la cumbre y apronta el bajel...
Mudo clamor descifrando la noche que vuelve
y mudando el estío la sombra disuelve
estado que dora la nieve sobre el ala dormida,
palabra que pulsa el regazo donde empieza la vida...
Troca el azor descubierto su bandada desnuda,
y, sobre el viento repara su nube de viento,
deshace la nieve del alba y su conjuro siento
prender en la bruma el monte que la hierba anuda...
Alear su vestigio que crece e impropia el regazo
donde se traza el ubicuo desliz del ocaso
rompiente en el suelo que muda tu abrazo
a la lentitud del mero silencio de un vaso...
Silencio que esconde la huella invisible,
del trazo que esconde su lenta cigarra
donde el oro muge candil de guitarra:
aquella madera del viento sensible...
Rezago en el sol mi carbunclo impreciso, las ascuas
del secreto desván de la diurna princesa
que eleva en el viento muda sonrisa de artesa,
cadencia ofuscada bajo nieblas y recuas...
Secreto que silba bajo la serpiente
navío que aclara oportuna y silente
la sombra de un alba sobre bruna frente,
cadencia de un mar encendido, presente...
Resguardo, mitad de sofreno que andaba
rispiando en el alba el fruto de aldabas
abriendo las puertas mientras tú me dabas
aquella sortija que tu miel deseaba...
Nocturna palabra cuenta hacia las horas
desnudas palabras donde ciela mi cielo
desnudo el pañuelo, pregón de mi anhelo
cabello que disputa el fuego que imploras...
Desnudo crepúsculo, cadencia infinita,
desnuda, dorada pasión que me excita.
» Déjame unir mi mano con la tuya...
» Tu rostro...
» Memoria de tu luz, cuerpo bohemio...
» Mi ciudad
» Mujer -reclamo tus rosas-
» La huella del amor...
» Desnuda cadencia...
» Son claveles...