Viajeros, a soñar

Viajeros, a soñar

Iremos a Beirut, la madre dijo,
mañana a Nueva York, luego a Venecia,
y más tarde a Belén, donde se aprecia
el sitio en que nació el del crucifijo.

El niño la siguió, su rumbo fijo
en el ritual de viajes que ya arrecia,
dejando atrás carencias de ala recia
y abriendo el corazón al plan prolijo.

Así en aquella casa y su amasijo
de pobres comenzó en la polinesia
un viaje en atlas que Dios ya bendijo.

Se duerme el hijo en esta dulce amnesia,
soñando rutas que mamá predijo
venciendo el hambre en santa peripecia.

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30 01 13