La noche de los amantes
La noche es de pelo verde
y de murallas bravías,
ciudad que en sus alegrías
todo quita y nada pierde.
La noche es de quien recuerde
su propia luna y su sombra,
por eso es que no me asombra,
en plena fiesta y desnudo,
recordar lo que se pudo
con la tierra como alfombra.
Se pudo besar tu rastro
y tu pie hasta la cintura,
se pudo con la dulzura
de tus ojos de alabastro.
Se pudo hacer un catastro
de tus montes , de tus cimas,
de los misterios que arrimas
bajo la estrella a mi alcance,
se pudo vivir el trance
de abrazarnos entre rimas.
Y entonces tu piel despierta
y la mía se enternece,
tu luna menguante crece,
mi luna creciente alerta.
Voy del espacio a tu puerta,
tengo la llave en mi centro,
tras tus riquezas me adentro
y es la pasión laberinto,
y un hilo tu amor al cinto
para llevarme a tu encuentro.
La sombra no dice nada,
la ciudad sigue su sueño,
esta noche soy tu dueño
y tu mi dueña adorada.
Más luz que la madrugada
se despierta en nuestro beso,
no hubo tregua en el exceso,
no hubo exceso en los amores,
que esa noche nacen flores
perennes en el regreso.
Así pues la noche canto
porque me trajo tu risa,
tu desnudez, tu camisa
y de mi cuerpo tu manto.
En mis brazos las levanto,
en mi pecho ya en sosiego,
sé que vendrá el día luego,
pero yo espero su paso
para tras de un nuevo ocaso
de nuevo encender el fuego.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
07 12 12
La noche es de pelo verde
y de murallas bravías,
ciudad que en sus alegrías
todo quita y nada pierde.
La noche es de quien recuerde
su propia luna y su sombra,
por eso es que no me asombra,
en plena fiesta y desnudo,
recordar lo que se pudo
con la tierra como alfombra.
Se pudo besar tu rastro
y tu pie hasta la cintura,
se pudo con la dulzura
de tus ojos de alabastro.
Se pudo hacer un catastro
de tus montes , de tus cimas,
de los misterios que arrimas
bajo la estrella a mi alcance,
se pudo vivir el trance
de abrazarnos entre rimas.
Y entonces tu piel despierta
y la mía se enternece,
tu luna menguante crece,
mi luna creciente alerta.
Voy del espacio a tu puerta,
tengo la llave en mi centro,
tras tus riquezas me adentro
y es la pasión laberinto,
y un hilo tu amor al cinto
para llevarme a tu encuentro.
La sombra no dice nada,
la ciudad sigue su sueño,
esta noche soy tu dueño
y tu mi dueña adorada.
Más luz que la madrugada
se despierta en nuestro beso,
no hubo tregua en el exceso,
no hubo exceso en los amores,
que esa noche nacen flores
perennes en el regreso.
Así pues la noche canto
porque me trajo tu risa,
tu desnudez, tu camisa
y de mi cuerpo tu manto.
En mis brazos las levanto,
en mi pecho ya en sosiego,
sé que vendrá el día luego,
pero yo espero su paso
para tras de un nuevo ocaso
de nuevo encender el fuego.
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