SI ME ARROJAS A LA NADA.

Si me arrojas a la nada
no temo vivir en ella,
te acuerdas cuando nos sentamos
a la sombra de las ramas
y me guarecías como a las costillas,
me protegías del daño secreto del corazón,
entrelazabas conmigo los campos y los bosques
los recorríamos con nuestras manos
y con nuestras cabezas reclinadas
nos ocultábamos para sellar el beso,
y de aquellos labios que acercabas
me revelaban el secreto de tu amor,
aquel beso fue la introducción
como la exhalación de un gran suspiro,
hacías navegar tu sonrisa en el aire
me llegaba y me hacía revivir,
me convertías en oasis
perfumabas mis cabellos
me quitabas la blanca mortaja
y me vestías con pétalos de lilas y jazmín,
y tus dedos dibujaban mi cuerpo
con altas alas en una columna de luz,
por eso si me arrojas a la nada
entre el lecho y el infinito
contendré mi aliento, dejaré la cima
permaneceré lejos,
y roja como el ocaso
me desvaneceré reducida a silencio,
las amapolas no crecerán
las sombras cavaran un profundo sepulcro
y en la crecida me arrastraré,
me dispersaré lentamente
y algún día examinando tu corona de espinas
oculta en ella me hallarás
como un retoño de laurel.

Bellísimo!!!!!!!!!
Eres experta en imágenes, Leyre.
Indudablemente, una gran poetisa.

¡Es un encanto tu poema, Leyre, un mensaje directo al corazón del ser amado, con preciosas imágenes y metáforas referentes también a la naturaleza.
¡Un placer leerte amiga poeta!
Abrazos

Gracias, Matilde, echo de menos leerte, amiga poetisa.