En una ocasión se pudo ver a un pequeño cerillo observar con gran turbación el áspero costado de la imponente cajetilla. Observaba como su textura era rugosa, de coloración ocre y de terminaciones en tonos mate. Su porte solemne era complementado por una serie de inscripciones ignotas en su lado anverso.
El cerillo, confuso, no podía entender el exacto significado de su presencia junto a ese extraño objeto, que si se le observaba detenidamente formaba un habitáculo.
-“¿que es todo esto?”
-“Esto, amigo, es el propósito de nuestra existencia. La razón que corona nuestra vida útil y el mayor de los honores al que podamos acceder”.-Las palabras de otro semejante a él le sonaron absurdas, hasta pueriles.
-“¡podemos?”
-“Así es. Tú, yo, y muchos más perdemos nuestra calidad de frágiles trozos de madera tratados con pólvora, y nos convertimos en vida: fuego, calor, luz en las velas. Somos importantes entre los inventos hechos por el hombre..Muchos dependen de nosotros.”
A pesar de que su individualidad no estaba en entredicho el cerillo opto por ignorar las emocionadas palabras de su semejante y se alejó de la cajetilla. Al poco andar vio como una mano gigante tomará al cerillo que interlocutase con él y sin el menor remordimiento le estrelló cruelmente contra la áspera superficie de la caja haciéndole estallar en llamas.
Pudo observar en el rostro del hombre que realizase tal barbaridad una mueca de complacencia.
Sin pensarlo, nuestro cerillo escapó de aquella vorágine de locura, y rodando por la mesa llegó hasta el borde de ella, lugar desde el cual cayó al suelo violentamente. Al caerse, se quebró.
Tirado en el suelo, adolorido al extremo y muy asustado aguardo en absoluto silencio durante horas, hasta que finalmente un inmenso artefacto hecho de cerdas plásticas le barrió hacia un patio.
En dicho lugar, y merced un movimiento negativo de dicho artefacto salio proyectado hasta debajo de un mueble hecho de pino oregon y terciado...en aquélla cripta, derrotada por el polvo y el tiempo, vio pasar las semanas, meses, años y toda una eternidad....
...Dicen las cucarachas y los grillos que en las noches de luna llena se escucha llorar a un pequeño cerillo: Que no podía entender su destino, o tan solo quiso ser el mismo...
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