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por darkdubito Jue Sep 20, 2012 1:15 pmDejadme narrarte este extraño acontecimiento
digno de intrincadas pesadillas sobrenaturales
allende la lejanas tierras ancestrales
que la historia bautizo como renacimiento…
Eran días aciagos, llenos de violencia
y noches eternas, sumidas en superstición
pues aquellas almas, en perpetua sumisión,
parecían olvidadas por Dios y su clemencia.
Pero ¡hay de vosotros!, silenciosa audiencia
i pensáis que estos versos hablan de miseria.
Pues no es más débil quien se rinde a la histeria
ni más poderoso quien vive en la opulencia…
Esta, amigos, es de un duende su historia
rey de la comarca, admirado gran soberano
un monarca justo, con un trono en oro forjado
un mecenas gentil que tenía a su pueblo en la gloria.
…Pero este rey, de barba tupida, tenía un hijo especial
que pasaba todo su día observándose en el espejo
admirado de su belleza, lo que expresaba el reflejo
de la quieta superficie del transparente manantial.
“soy divino, inmejorable, una joya sin igual - decía el príncipe -
la cosa más delicada que exista en toda la Tierra;
¿Quién pudiese robarme aliento con ademanes de loca fiera
y apabullar mis sedientos labios con un beso pasional…?”
¡Triste karma sobre el rey!, que quería ya un primogénito
viendo que el reino crecía, y el tiempo le derrotaba
pero.. ¿Cómo esperar que su hijo como un hombre se comportara
si el ‘mal’ que le poseía era algo de corte congénito?
Y no encontró mejor medio que encerrarlo con cinco sirenas
en un húmedo cuarto cerrado, en la época de apareo
esperando que aquéllas anfibias le transformaran en Prometeo…
¡Ilusa idea, gran rey! solo hubieron seis doncellas.
Fuera de si, iracundo, el rey entró en taquicardia
asolado por el signo de tan macabro destino
y perdiendo todo control ,le golpeó con un tronco de espino
lo que no pudo se pudo evitar ni siquiera con toda su guardia
y propinado furioso golpe, el muchacho calló abatido
como una hoja floreciente marchitada por mano rapaz;
“¡…No pude haber hecho esto, como fui capaz!” –gritó el rey-
pues en las manos de la muerte todo se había decidido.
Por eso, querido lector, si recorriste el presente escrito
debes exprimir cada gota de la enseñanza que ha arrojado:
La mayor expresión de amor es comprender al ser amado
y nunca amasar la violencia, pues el ángel se vuelve proscrito.
FIN.
digno de intrincadas pesadillas sobrenaturales
allende la lejanas tierras ancestrales
que la historia bautizo como renacimiento…
Eran días aciagos, llenos de violencia
y noches eternas, sumidas en superstición
pues aquellas almas, en perpetua sumisión,
parecían olvidadas por Dios y su clemencia.
Pero ¡hay de vosotros!, silenciosa audiencia
i pensáis que estos versos hablan de miseria.
Pues no es más débil quien se rinde a la histeria
ni más poderoso quien vive en la opulencia…
Esta, amigos, es de un duende su historia
rey de la comarca, admirado gran soberano
un monarca justo, con un trono en oro forjado
un mecenas gentil que tenía a su pueblo en la gloria.
…Pero este rey, de barba tupida, tenía un hijo especial
que pasaba todo su día observándose en el espejo
admirado de su belleza, lo que expresaba el reflejo
de la quieta superficie del transparente manantial.
“soy divino, inmejorable, una joya sin igual - decía el príncipe -
la cosa más delicada que exista en toda la Tierra;
¿Quién pudiese robarme aliento con ademanes de loca fiera
y apabullar mis sedientos labios con un beso pasional…?”
¡Triste karma sobre el rey!, que quería ya un primogénito
viendo que el reino crecía, y el tiempo le derrotaba
pero.. ¿Cómo esperar que su hijo como un hombre se comportara
si el ‘mal’ que le poseía era algo de corte congénito?
Y no encontró mejor medio que encerrarlo con cinco sirenas
en un húmedo cuarto cerrado, en la época de apareo
esperando que aquéllas anfibias le transformaran en Prometeo…
¡Ilusa idea, gran rey! solo hubieron seis doncellas.
Fuera de si, iracundo, el rey entró en taquicardia
asolado por el signo de tan macabro destino
y perdiendo todo control ,le golpeó con un tronco de espino
lo que no pudo se pudo evitar ni siquiera con toda su guardia
y propinado furioso golpe, el muchacho calló abatido
como una hoja floreciente marchitada por mano rapaz;
“¡…No pude haber hecho esto, como fui capaz!” –gritó el rey-
pues en las manos de la muerte todo se había decidido.
Por eso, querido lector, si recorriste el presente escrito
debes exprimir cada gota de la enseñanza que ha arrojado:
La mayor expresión de amor es comprender al ser amado
y nunca amasar la violencia, pues el ángel se vuelve proscrito.
FIN.
» Déjame unir mi mano con la tuya...
» Tu rostro...
» Memoria de tu luz, cuerpo bohemio...
» Mi ciudad
» Mujer -reclamo tus rosas-
» La huella del amor...
» Desnuda cadencia...
» Son claveles...