[b]Canto II
Por eso os digo ¡Oh hombres, despertad!
Despertad y escuchad la voz de aquel que
anuncia un nuevo orden; un orden que
nos devolverá la ilusión de vivir.
Habréis de hacerlo… Antes de que vuestros
enemigos aniquilen en vosotros
todo vestigio de dignidad humana,
y os conviertan definitivamente
en sus esclavos a perpetuidad.
¡Oh hermanos míos!
Escuchad atentamente la voz de
vuestra conciencia; ella discernirá
sobre el consejo que os damos.
Sabed que, vuestro enemigos también
están dotados de conciencia; pero,
no escuchan su voces, y, en muchos
de ellos éstas ya se han extinguido.
Son de estos individuos de los que se
han nutrido desde siempre las hordas
del mal; que, ahora más que nunca asolan
la tierra.
¿Acaso no veis como por doquier y en
todo el orbe prolifera la injusticia…?
¿Cómo podéis permanecer inactivos
ante tanta ignominia…?
En verdad, vuestra pasiva actitud os
envilece, y os hace colaboradores
con tal estado de cosas.
¡No divaguemos más! Ha llegado la
hora de ponerse en camino. Ya hemos
perdido demasiado tiempo, y el mal,
cada vez con más fuerza ha ido arraigando
en nuestros corazones.
¡Evolucionamos, sí! Pero, para
convertirnos en bestias. Muchos hombres
son los que ya han concluido tal clase de
evolución.
Por eso os digo ¡Oh hombres, despertad!
Despertad y escuchad la voz de aquel que
anuncia un nuevo orden; un orden que
nos devolverá la ilusión de vivir.
Habréis de hacerlo… Antes de que vuestros
enemigos aniquilen en vosotros
todo vestigio de dignidad humana,
y os conviertan definitivamente
en sus esclavos a perpetuidad.
¡Oh hermanos míos!
Escuchad atentamente la voz de
vuestra conciencia; ella discernirá
sobre el consejo que os damos.
Sabed que, vuestro enemigos también
están dotados de conciencia; pero,
no escuchan su voces, y, en muchos
de ellos éstas ya se han extinguido.
Son de estos individuos de los que se
han nutrido desde siempre las hordas
del mal; que, ahora más que nunca asolan
la tierra.
¿Acaso no veis como por doquier y en
todo el orbe prolifera la injusticia…?
¿Cómo podéis permanecer inactivos
ante tanta ignominia…?
En verdad, vuestra pasiva actitud os
envilece, y os hace colaboradores
con tal estado de cosas.
¡No divaguemos más! Ha llegado la
hora de ponerse en camino. Ya hemos
perdido demasiado tiempo, y el mal,
cada vez con más fuerza ha ido arraigando
en nuestros corazones.
¡Evolucionamos, sí! Pero, para
convertirnos en bestias. Muchos hombres
son los que ya han concluido tal clase de
evolución.
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