También al hombre le gusta que lo enamoren

También al hombre le gusta que lo enamoren


También al hombre le gusta que lo enamoren
Que susurren su nombre todas las noches
Una palabra, un bello suspiro
Y dejarlos ver el infinito
Miles de versos se han escrito
Dedicados a la mujer
Pero la grandeza del hombre
También tiene su placer
Les gusta que les describamos nuestro querer
Una pequeña sonrisa
Una mirada atrevida
Unos ojitos deseosos
Que los hagan ver de todo un poco
Suaves caricias que enamoren su alma
Y el deseo ardiente de robarles la calma
Anhelos sedientos que los enamoren
Dándoles un poquito de miel todas las noches
Cultivando sus deseos día a día
Regalándoles una bella sonrisa
Para poder robarles una caricia
Llamando todo el tiempo su atención
Las mujeres sabemos miles de formas
Para la provocación, esa bella seducción
Que a los hombres deja sin razón
Robarles un suspiro es un arte fino
Tomar un beso de sus labios
Irlos desnudando muy, muy despacio
Ellos son como unos niños
A los que llevamos al parque de los sentidos
Robarles el alma y el corazón
Es nuestro trabajo hacer que pierdan la razón
Disfrutar enamorando su nombre
Con palabras deliciosas atraemos al hombre
Es verdad que muchas veces nos hacen llorar
Sufrimos por ellos sin para
Pero tenemos que reconocer
Que grande por ellos es nuestro querer
Bellos hombres reencarnación de Zeus en la tierra
Cuando nos enamoran perdemos la, cabeza
Quisiera vivir en el olimpo
Para llevarlos a ver el infinito
O tener la astucia de Afrodita
Para perderlos entre mieles y delicias.

Autor: Diana Gpe. Ramírez Ramos