La decepción en el jardín

La decepción en el jardín

Yo que creí que el beso era una llama
y el amor una hoguera siempre viva,
hoy veo cómo al fuego lo derriba
la lluvia que al fin sobre él se derrama.

Y en los labios se hiela la proclama
de para siempre arder como la oliva,
ceñía al vencedor la flor nativa
que hoy veo marchitarse en tanto clama.

Qué fue de la promesa, me reclama
mi triste corazón que, por cautiva,
no vuelve ya a vivir de su oriflama.

Así pues el dolor es lo que arriba
a quien perdió fulgor y flor y flama,
cual veo en mi jardín que un dios cultiva.

23 02 12

Intensos versos compañero, te deja una sensación extraña.