Febrero en el hospital
La espera en el hospital
Seis y media, hay que lavarse,
lavatorio en el colchón,
con gasa o con algodón,
agua y jabón a enjuagarse.
Como sea hay que secarse,
luego viene el desayuno,
te con leche y panes, uno
con paté, manjar o queso,
un calmante para el yeso,
pero bisturí, ninguno.
Las sábanas ya cambiaron,
trapearon la habitación,
temperatura y presión
también a todos tomaron.
Patos y chatas vaciaron,
los doctores vienen luego,
rifando en burlesco juego
los cupos de cirugía,
y así va pasando el día
con estresante sosiego.
Colación, almuerzo y once,
más colación, cena y tuto,
así cumplen su estatuto
en cada catre de bronce.
De Arica a Santiago y Conce
la posta es hotel forzado,
queda el paciente atrapado
hasta que haya pabellón,
si al día gasta un millón,
¿cuánto más gasta el estado?
Así esperar se hace largo,
de día a semana y mes,
si así es la primera vez
las recaídas te encargo.
Lo más noble se hace amargo,
que es la salud un derecho,
no un purgatorio con techo
en que hasta el sano se enferma,
que no hay víctima que duerma
mejor que en su propio lecho.
Por suerte existe el tutor
y en su horario la visita
que con su fuerza infinita
nos brindan su fe y su amor.
Más alivio que el doctor
entregan los sentimientos,
mejor que medicamentos,
sin costo o lista de espera,
y es que si el amor opera
se acaban los sufrimientos.
03 02 12
La espera en el hospital
Seis y media, hay que lavarse,
lavatorio en el colchón,
con gasa o con algodón,
agua y jabón a enjuagarse.
Como sea hay que secarse,
luego viene el desayuno,
te con leche y panes, uno
con paté, manjar o queso,
un calmante para el yeso,
pero bisturí, ninguno.
Las sábanas ya cambiaron,
trapearon la habitación,
temperatura y presión
también a todos tomaron.
Patos y chatas vaciaron,
los doctores vienen luego,
rifando en burlesco juego
los cupos de cirugía,
y así va pasando el día
con estresante sosiego.
Colación, almuerzo y once,
más colación, cena y tuto,
así cumplen su estatuto
en cada catre de bronce.
De Arica a Santiago y Conce
la posta es hotel forzado,
queda el paciente atrapado
hasta que haya pabellón,
si al día gasta un millón,
¿cuánto más gasta el estado?
Así esperar se hace largo,
de día a semana y mes,
si así es la primera vez
las recaídas te encargo.
Lo más noble se hace amargo,
que es la salud un derecho,
no un purgatorio con techo
en que hasta el sano se enferma,
que no hay víctima que duerma
mejor que en su propio lecho.
Por suerte existe el tutor
y en su horario la visita
que con su fuerza infinita
nos brindan su fe y su amor.
Más alivio que el doctor
entregan los sentimientos,
mejor que medicamentos,
sin costo o lista de espera,
y es que si el amor opera
se acaban los sufrimientos.
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