Trae la luna

Suspiro de una noche,
tu luz magenta trae la luna
lluvia de estrellas desigual
campanas de cristal
añora el destello que se va,
tu luz magenta trae la luna,
envuelta en una y sola más
bóveda sin verso y sin pesar
galopando la palabra hasta estallar
en su cofre multitud de despertar
el lamento que ha huido y ha de esperar,
campanas sin igual
rústico querer,
la sola bruma,
entrante desespera cual ayer,
vislumbra vespertina canción, una, la mitad
hacia la joven rostro, joya, inmortal
paciente bruma que aniquila la orquestal
dulzura que renueva su caudal
vestigio raro, insigne pues, feroz
campana del atroz
sulfuro del ayer
que impropia tu celada y abismo desigual
cual alumbra un llano en el maizal
e irrumpe con su canto el mismo despertar
de la huella en su caudal
distinta hora conglomerando la verdad
entre sueños y cerrados párpados que ayer
deslumbran tu querer,
y escribe el verso quedo
cual campana que aún puedo
sostener
cual bruma alguna,
y el silencio,
muda en el quebranto su ilusión
cual espanto su traición
la sustancia en las estrellas cauce adorna
seráfico, pausado, cual alumbra ó exorna
ó exalta un querubín,
la pasión de mi festín
en el roble mudo cual silente quedo
víspera de un mundo cual arredo de ilusión
y en su bóveda sin fin, cual alista una paloma
circunda en su carcoma
la despierta rispidez de su encanto a la explanada
y oír nada de nada
más que el mero perfume del aroma
de tu claustro en una flor
cual distancia al tegumento de su práctica efusión
lindera y que libera a tu lágrima, a un sol
cual carbunclo a su cristal azul.

Su luz
ha de admirar el canto leve ha de seguir
por la mañana he de cumplir el deseo eficaz
de la tórtola y torcaz
que perfuman su beso
con la clara expansión, pequeña rama
ha de ser
su lugar para querer
y en el silbo de los astros al huir
campana ha de destemplar
su ocaso
cual víspera de ayer
un solo abrazo,
y la lumbre en su sillón
cabiendo en el rincón
púrpura que lee
arrienda el surco volátil del panfleto,
ó mirada que se pierde en el libro, cual el ruiseñor entre el bosque loado
y flor y espuma que del mar, ha mermado su latir
encubriendo su mirada al despertar en una rama al florecer
cual efluvio he de beber,
su mirada caudalosa ha de proseguir…

Hermoso undular de palabras embriagadoras,
para una luna que acostumbrada
a ser alagada
siempre se ase la cautivada
Gracias por compartirlo.

Muchas gracias, Miguel!!!! Un abrazo!!!!!

Muchísimas gracias, Leo!!!!! Gracias por pasar por éstas letras!!!!! Un abrazo, amigo!!!!