EL MISMO ECO

El Mismo Eco

Escucha mujer…
que nadie se entere de tu nombre
ni conozca los atajos a la vieja montaña,
preñada siempre de una extraña neblina.

yo diré, con voz arrepentida,
que no recuerdo, y arrastraré mis sueños
hasta el lunar de la muerte
que te negarán para siempre,
junto al verde paisaje y el frío de las flores.

Escucha mujer,
que no se entere nadie,
como lloraste esa noche
y las voces lejanas, lejanas y tristes,
que escondían sus ecos de nostalgias…
Siempre el mismo llanto, siempre el mismo eco.

No quería olvidarte,
y dejé el recuerdo en ese cuarto,
mientras tus labios pintados
pudieron exiliarse en una estrella lejana.
Escucha mujer… ¡Que nadie nunca sepa tu nombre!

(Marden Nóchez)

Sencillamente... hermoso!

Kaina
Esta es la historia de un amor, sin amor, en medio de las montañas de Morazán (El Salvador). Yo, tímidamente, nevegué en aguas de otro río... y salí derrotado porque nadé contra corriente, lastimándome el pecho.

marden