Una pareja se hunde

Una pareja se hunde

Debió partir un barco a las nueve en punto,
pero éste se ha hundido sin más capitán,
yo, que en esa hora con el mar me junto,
he visto los restos y me he dicho ahí van.

Todas las promesas que cargó el milagro ,
toda la aventura que ardió en la ciudad,
todas las sirenas que no te consagro,
todas las esquirlas de tu soledad.

El mar tras reirse rasca su cabeza,
deglute camisas y hasta un corazón,
la tarde que avanza tiñe con presteza
la escena de rojo, como una oración.

Peces de cemento mueren siete veces,
un barco fantasma se los devoró,
a las nueve en punto cobran intereses
las dudas, los celos, testigo soy yo.

Sólo que no sé nadar para el rescate
y de pie en la arena quién va a naufragar
salto al abordaje de un viejo combate
sólo que no hay héroe, bandera ni mar.

15 01 11

Me impresionan estos versos, siento el drama de la muerte inexorable, ante la impotencia de no hacer nada, y solo observar como naufragan las vidas en el mar de la incomunicación, consumismo, etc, es enorme!

Comparto tu comentario, compañera, y no sólo ocurre entre las parejas, nos pasa como pueblos e individuos, a despertar, a abrir los ojos, a no dejarnos abatir. Besos, Óscar.-

Encontré tu poema original, lleno de imágenes muy actuales.

Lo disfruté a pleno. Gracias por compartirlo