Tú no eres un poeta,
porque según sé no tienes flores en tu casa
porque tú nunca consigues consumir el enunciado a solas
porque siempre sales a la calle a pararte en la entrada del mercado
a fingir el desliz
a colorear el verso
porque piensas que el consumo de miradas te brindarán aliento
cuando te topes conmigo con tu cara de asustado
por eso tú no eres poeta, pues no te hace poeta;
viajar con el mismo papel amarillento añejado de la misma rima.
Tú no eres un poeta,
porque es bien sabido que tú le adjudicas tus poderes a la religión
no puedes serlo ignorando que la espontaneidad de las letras es hereje
tú no puedes nombrarte si le rezas a la inspiración de la luna roja
en las noches de marzo como ley absoluta
y luego te echas a dormir pasivo para contemplar el sol
al amanecer candente en las mañanas de abril
y tener la ventaja de haber conciliado el descanso
para tramar mi muerte cuando pienses en mí, como tu rival
y te quieras adelantar destruyéndome por temor a que un día
me coma a la luna y al sol y ya no tengas nada por qué escribir
por eso tú no puedes ser poeta, porque te hincas
con monótona reverencia para seguir dependiendo.
Tú no eres un poeta,
porque es muy distinto el aislamiento del mundo
a que tengas todas las comodidades impuestas
en el respaldo de algún manual de superación personal,
creyendo ser único ante las sucias miradas que te observan caminar
con el mismo libro limpio, limpio de tu piel y de tus ojos
pues seguro que ni lo has abierto por temor a caer mientras vas en tu andar
abrazado a él como presumiendo que sabes leer, por eso no puedes serlo
si lo levantas con vigor cuando paso cerca,
abanicando tus humores con avanzadas páginas,
y lo recoges en tu regazo y en posición fetal cuando se acabó la hora pico,
y ya no hay más mujeres con prisa ni indigentes con piel nostálgica
o al menos una sola de esas almas a las que tienes que demostrarles
que eres lector de compresión rápida, voraz e insaciable;
el terror de las bibliotecas o de esas síntesis prácticas de las ediciones piratas
que tienen a la mano los puestos de revistas.
Tú no eres un poeta,
porque un poeta escribe y jamás es humano
-¡Sí jamás!-
porque ellos solo arrean en la marea
pues son acongojados por sentimientos inefables
porque su tinta es la sangre y no la sangre su alma
porque el transcribir un dolor lo vuelve fantasía cósmica,
porque existe la diferencia entre los aullidos de la urbe y el alarido de una musa,
el sofoco de las capitales y la engolación de la pluma,
por eso tú no puedes serlo, porque te he visto con hojas de más
blancas para el cielo y zurcidas de multicolor uniforme para los ciegos,
por eso lo gritas afuera de mi puerta para que yo imagine que es más que el viento
pero mínimo es… que ni a silencio llega.
Tú no eres un poeta,
porque el serlo no implica comer comida exótica
vestirse raro o graznar extravagancias al aire
sin temor a ser escupido por las nubes,
no puedes ser aclamado por incoherencias que solo anidan
en los que no entienden la energía de las ansias
el editar un libro de mejor calidad
no te hace un poeta porque sabes que jamás lo leeré.
El que seas el más joven escribiendo no te hace el más virtuoso,
ni ser el más viejo rimando te convierte en el más sabio.
Tú no eres un poeta,
porque según recuerdo no sabes leer
porque todos saben que tu arte está auspiciada por un apellido
que es fantasmal ante los ojos conocedores por tu convencimiento tan corrupto,
porque la gente como tú cree que pueden ser el vanaglorio
por el simple hecho de estar bajo el cobijo
de una constelación que ni siquiera entienden,
tú no eres un poeta porque no sabes lo que es morir en las cuartillas,
porque no sabes lo que es vivir en los sueños y resurgir en las rimas,
como un fénix negro, por eso tú no eres un poeta
por que según recuerdo; ¡tú no sabes leer!
Pero tú si serás algún día un poeta
y tal vez mejor que yo,
pues al leer esto entenderás lo que yo no quería que entendieses,
y ante las masas sí serás un gran poeta pero ante estos
de antemano sabrán que tú solo transcribes eso,
de lo que todos estos están hechos.
Por eso,
y lo que falta
para mí no lo eres,
porque no entiendes que;
muchas veces la palabra es una necesidad oral que no satisface,
pero el que es poeta, en verdad, hecho y conjugado,
hace valer la pena el pronunciar…
Por eso
tú no
tú no puedes ser un poeta…
porque según sé no tienes flores en tu casa
porque tú nunca consigues consumir el enunciado a solas
porque siempre sales a la calle a pararte en la entrada del mercado
a fingir el desliz
a colorear el verso
porque piensas que el consumo de miradas te brindarán aliento
cuando te topes conmigo con tu cara de asustado
por eso tú no eres poeta, pues no te hace poeta;
viajar con el mismo papel amarillento añejado de la misma rima.
Tú no eres un poeta,
porque es bien sabido que tú le adjudicas tus poderes a la religión
no puedes serlo ignorando que la espontaneidad de las letras es hereje
tú no puedes nombrarte si le rezas a la inspiración de la luna roja
en las noches de marzo como ley absoluta
y luego te echas a dormir pasivo para contemplar el sol
al amanecer candente en las mañanas de abril
y tener la ventaja de haber conciliado el descanso
para tramar mi muerte cuando pienses en mí, como tu rival
y te quieras adelantar destruyéndome por temor a que un día
me coma a la luna y al sol y ya no tengas nada por qué escribir
por eso tú no puedes ser poeta, porque te hincas
con monótona reverencia para seguir dependiendo.
Tú no eres un poeta,
porque es muy distinto el aislamiento del mundo
a que tengas todas las comodidades impuestas
en el respaldo de algún manual de superación personal,
creyendo ser único ante las sucias miradas que te observan caminar
con el mismo libro limpio, limpio de tu piel y de tus ojos
pues seguro que ni lo has abierto por temor a caer mientras vas en tu andar
abrazado a él como presumiendo que sabes leer, por eso no puedes serlo
si lo levantas con vigor cuando paso cerca,
abanicando tus humores con avanzadas páginas,
y lo recoges en tu regazo y en posición fetal cuando se acabó la hora pico,
y ya no hay más mujeres con prisa ni indigentes con piel nostálgica
o al menos una sola de esas almas a las que tienes que demostrarles
que eres lector de compresión rápida, voraz e insaciable;
el terror de las bibliotecas o de esas síntesis prácticas de las ediciones piratas
que tienen a la mano los puestos de revistas.
Tú no eres un poeta,
porque un poeta escribe y jamás es humano
-¡Sí jamás!-
porque ellos solo arrean en la marea
pues son acongojados por sentimientos inefables
porque su tinta es la sangre y no la sangre su alma
porque el transcribir un dolor lo vuelve fantasía cósmica,
porque existe la diferencia entre los aullidos de la urbe y el alarido de una musa,
el sofoco de las capitales y la engolación de la pluma,
por eso tú no puedes serlo, porque te he visto con hojas de más
blancas para el cielo y zurcidas de multicolor uniforme para los ciegos,
por eso lo gritas afuera de mi puerta para que yo imagine que es más que el viento
pero mínimo es… que ni a silencio llega.
Tú no eres un poeta,
porque el serlo no implica comer comida exótica
vestirse raro o graznar extravagancias al aire
sin temor a ser escupido por las nubes,
no puedes ser aclamado por incoherencias que solo anidan
en los que no entienden la energía de las ansias
el editar un libro de mejor calidad
no te hace un poeta porque sabes que jamás lo leeré.
El que seas el más joven escribiendo no te hace el más virtuoso,
ni ser el más viejo rimando te convierte en el más sabio.
Tú no eres un poeta,
porque según recuerdo no sabes leer
porque todos saben que tu arte está auspiciada por un apellido
que es fantasmal ante los ojos conocedores por tu convencimiento tan corrupto,
porque la gente como tú cree que pueden ser el vanaglorio
por el simple hecho de estar bajo el cobijo
de una constelación que ni siquiera entienden,
tú no eres un poeta porque no sabes lo que es morir en las cuartillas,
porque no sabes lo que es vivir en los sueños y resurgir en las rimas,
como un fénix negro, por eso tú no eres un poeta
por que según recuerdo; ¡tú no sabes leer!
Pero tú si serás algún día un poeta
y tal vez mejor que yo,
pues al leer esto entenderás lo que yo no quería que entendieses,
y ante las masas sí serás un gran poeta pero ante estos
de antemano sabrán que tú solo transcribes eso,
de lo que todos estos están hechos.
Por eso,
y lo que falta
para mí no lo eres,
porque no entiendes que;
muchas veces la palabra es una necesidad oral que no satisface,
pero el que es poeta, en verdad, hecho y conjugado,
hace valer la pena el pronunciar…
Por eso
tú no
tú no puedes ser un poeta…
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