Dormir con la ventana abierta
juglar que las horas han cerrado
por el cauce del letargo ensimismado
de la voz consentida que concierta.
Doble tremola sobre el llano la bandada
de aquel silencio de profundos arreboles
sobre el cauce en mi mitad, sobre dos soles
que conduce el vaivén la enamorada.
Aciaga vista ofrece la celada noche
del sutil enclave que púrpura amanece
sobre el silencio murmura y abastece
la amplia recorrida azul el ojo aceche.
El pensamiento, cual indómita fragancia
muestra el rostro que se pliega ante la flor
y el silencio al cardumen presto del dolor
aúna soliloquios las estrellas de elegancia.
Más abriles crecen sobre el campanario
que se esconden en la misma celosía
de abrir el mar, el mar de un día
la vertiente de la huella sobre el calendario.
Arena muta su simiente la sórdida batalla
del tenor que añade brumas en los celos
del telar donde se abaten dos pañuelos,
y arguye en mi mitad la seda que los calla.
Velamen soñador en la odisea
de un mar penetrante que no entra
a la discursiva de un herraje y una tea
que bravan dos palomas, luna penetra.
Entre palabras que deciden la mirada del poeta:
arden el cielo con vagas esperanzas
las amplias sutilezas y la lúdica confianza
de alcanzar en noche oculta luna entera con una saeta.
Tus pasos en el alba han de admirar el viento de verano
donde dormir entre las sombras nace en tino
del alcanzar las rosas del camino
y encontrar la belleza en tu propia mano.
Al admirar de las sombras no es en vano
si suplicas con amplias fortalezas,
equidistar en las sombras las bellezas
hasta que el alba sea, mirada de oro cano.
juglar que las horas han cerrado
por el cauce del letargo ensimismado
de la voz consentida que concierta.
Doble tremola sobre el llano la bandada
de aquel silencio de profundos arreboles
sobre el cauce en mi mitad, sobre dos soles
que conduce el vaivén la enamorada.
Aciaga vista ofrece la celada noche
del sutil enclave que púrpura amanece
sobre el silencio murmura y abastece
la amplia recorrida azul el ojo aceche.
El pensamiento, cual indómita fragancia
muestra el rostro que se pliega ante la flor
y el silencio al cardumen presto del dolor
aúna soliloquios las estrellas de elegancia.
Más abriles crecen sobre el campanario
que se esconden en la misma celosía
de abrir el mar, el mar de un día
la vertiente de la huella sobre el calendario.
Arena muta su simiente la sórdida batalla
del tenor que añade brumas en los celos
del telar donde se abaten dos pañuelos,
y arguye en mi mitad la seda que los calla.
Velamen soñador en la odisea
de un mar penetrante que no entra
a la discursiva de un herraje y una tea
que bravan dos palomas, luna penetra.
Entre palabras que deciden la mirada del poeta:
arden el cielo con vagas esperanzas
las amplias sutilezas y la lúdica confianza
de alcanzar en noche oculta luna entera con una saeta.
Tus pasos en el alba han de admirar el viento de verano
donde dormir entre las sombras nace en tino
del alcanzar las rosas del camino
y encontrar la belleza en tu propia mano.
Al admirar de las sombras no es en vano
si suplicas con amplias fortalezas,
equidistar en las sombras las bellezas
hasta que el alba sea, mirada de oro cano.
Última edición por caminandobajolalluvia el Jue Jun 09, 2011 6:40 am, editado 1 vez
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