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por Al eco del frenesí bastó una gota
que en el mar sediento de tu espalda,
al solazar estremecido de tu falda
la noche era simiente, urgida y rota…
Racimo de epitelial sombrío vespertino
caliginoso verso bienamado
en la versátil forma, lo soñado
del sediento despertar vago sin tino.
Arremetida del plectro cual guitarra procelosa
del llanto adverso, sutil y nemorosa
aciaga bruma y errátil quimera muestra un arte
solicitud y esmero al soñarte.
Reverso del longevo tratamiento de verano
arribar la sal tu sutil mano
en la clepsidra que en la fuente no saciaba
la noche sempiterna que no acaba…
Buril presto que asoma entre mis brazos,
cual frenesí directo la paloma
del soñar inmerso del aroma
volar presto y vestirse en tus abrazos.
Soñarte es un despertar apresurado
sediento de mil noches hasta el llanto
preludio del amar y enamorado
errante parsimonia en tus labios amaranto.
Dulcificabas el estertor de copia jubilosa
cual acierto cede rostro bienamante
la noche que descalza y rutilante
abreviaba de tu celo lágrima obsequiosa…
Demoro sol que porfía en ultra sombra
la distancia a la vertiente que me asombra
cuando el verso demoraba tu simiente
el oro carmesí, luna sonriente...
Encripto mi desvelo la noche apresurado
del racimo y el juglar que, bienamado
en sombras crece y admira poderoso
la dueña del cristal del amor más amoroso...
Y es cierto que doncella no imitaba
la dulce copia fiel de mi arrebato
cual mirar una rosa que cerraba
al cielo su elemento más tardío y beato.
Tus ojos son de niña y de mujer hambrienta
como yo estoy sediento de ti, de tu mirada
cual hoja señalada de un libro que sustenta
la loca pasión del sendero, enamorada…
Que tu boca aparecía sutilmente
entre la sombra de tus labios, diariamente,
y hasta el vergel de tu cintura la elocuencia
era mi soñada pertenencia.
Brilla la ausencia por el reverso del artista
pero el mar anhela el mar, noche resista.
que en el mar sediento de tu espalda,
al solazar estremecido de tu falda
la noche era simiente, urgida y rota…
Racimo de epitelial sombrío vespertino
caliginoso verso bienamado
en la versátil forma, lo soñado
del sediento despertar vago sin tino.
Arremetida del plectro cual guitarra procelosa
del llanto adverso, sutil y nemorosa
aciaga bruma y errátil quimera muestra un arte
solicitud y esmero al soñarte.
Reverso del longevo tratamiento de verano
arribar la sal tu sutil mano
en la clepsidra que en la fuente no saciaba
la noche sempiterna que no acaba…
Buril presto que asoma entre mis brazos,
cual frenesí directo la paloma
del soñar inmerso del aroma
volar presto y vestirse en tus abrazos.
Soñarte es un despertar apresurado
sediento de mil noches hasta el llanto
preludio del amar y enamorado
errante parsimonia en tus labios amaranto.
Dulcificabas el estertor de copia jubilosa
cual acierto cede rostro bienamante
la noche que descalza y rutilante
abreviaba de tu celo lágrima obsequiosa…
Demoro sol que porfía en ultra sombra
la distancia a la vertiente que me asombra
cuando el verso demoraba tu simiente
el oro carmesí, luna sonriente...
Encripto mi desvelo la noche apresurado
del racimo y el juglar que, bienamado
en sombras crece y admira poderoso
la dueña del cristal del amor más amoroso...
Y es cierto que doncella no imitaba
la dulce copia fiel de mi arrebato
cual mirar una rosa que cerraba
al cielo su elemento más tardío y beato.
Tus ojos son de niña y de mujer hambrienta
como yo estoy sediento de ti, de tu mirada
cual hoja señalada de un libro que sustenta
la loca pasión del sendero, enamorada…
Que tu boca aparecía sutilmente
entre la sombra de tus labios, diariamente,
y hasta el vergel de tu cintura la elocuencia
era mi soñada pertenencia.
Brilla la ausencia por el reverso del artista
pero el mar anhela el mar, noche resista.
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