Ángel de San Isidro

Ángel de San Isidro
(A H.S.P.)

Duerme, ángel mío, aunque ya no seas mi ángel,
ni mío ni siquiera un ángel, duerme, ángel mío,
descansa de este amor que nos llevó a la ruina,
al abismo de no ser sino al tendernos abrazados,
al tránsito de amar, a buscar sólo aventuras.
Ha caído ya el telón que escondía el fin del acto.
Me mientes y me voy, tú olvidas, yo recuerdo
que no bastaba amar cual dije tantas veces,
que hablabas de ser fiel, pero no a mi cual tengo pruebas,
y ni siquiera a ti te has sido fiel y bien lo sabes,
tu intenso amor no fue bastante para honrarlo,
pero duerme, ángel no fiel, no ángel, no fiel, no duermes,
galopas otros cuerpos, te pierdes por la noche,
encuentras y no encuentras lo que buscas y no buscas,
lo que sabes y no sabes, lo que eres y no eres,
no duermes, ángel fiel, ni ángel ni fiel eres,
si duermes, si alguna vez te duermes, ángel fiel,
recuerda que acuné entre mis brazos tus abrazos,
tus sueños de ángel fiel, mis sueños de ser tuyo,
tuyo y sin nadie más, sin esos que te llaman,
sin esos que tú llamas en tu llama de ángel frío,
de ángel fiel, de ángel infiel según la luna que te auspicie,
tu intenso amor no fue bastante para honrarme,
y yo que tantas veces te dije que me cuentes,
si alguna vez te pasa, te dije, me basta con que me lo cuentes,
pasaba y pasará, lo que no pasa es que me cuentes,
mi mudo ángel infiel, mi incierto ángel infiel
por esa misma cama en que dijiste que no pasa nada,
mi frío ángel infiel, no duermes y si duermes,
si duermes solo y duermes como ángel fiel o frío,
mi amado ángel infiel, yo velo por tus sueños,
yo velo porque duermas, aunque ya no seas mío,
ni mi ángel ni mi infiel, ni mi fiel a su extravío,
yo velo porque tú, mi fiel y mi ángel mío,
descanses, con amor, aunque mi amor lo hayas perdido.

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