Que firme cualquiera por mi.

Y cuando la luna me cuente mentiras, y sepan amargas cualquier alegría,
Se vista de negro la madre del tedio, y empuje al abismo mi alma y cuerpo,
Sabré, que escribiendo, no apago mis penas, pero, mientras tanto, compongo poemas,
Que calman mi sed de vivir, que calman mi sed de vivir.

Mas cuando las luces del sol me reprochen, y cierre los bares perdiendo mi norte,
Renazca de nuevo mi eterna tormenta y acabe arrancando mis ganas mis fuerzas,
Sabré, que escribiendo, no mato lamentos, pero, por ahora, compongo recuerdos,
Que firman mi sed de sentir, que firman mi sed de sentir.

Hola Juan Carlos! Yo firmaría este poema-canto con muchísimo gusto! Me parece buenísimo! Y si, es así. No matamos la tristeza escribiendo, pero qué bien nos hace! Un gran abrazo!

gracias Oscar...