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por Rojo atardecer… (2)
Rojo atardecer, tu mirada continúa la mirada de la noche
que desierta en tu llanura, ó con sórdida presteza,
iniciando la pavesa, discontinua de los muros, regresa,
hasta ser el tamo adusto, que engalana altiva noche,
por coloquio desigual de la belleza,
arde y entona la privanza que oscila destemplando,
la vanguardia acérrima del oro, vulnerando la sorpresa
del sitial de verde ágora, que el mundo es hasta el mundo…
Entidad, de toda flor, que su vanguardia no apabila,
rescatando de la flor, sapiente, su congoja,
hasta el Céfiro que escoja la maniobra que destila,
por el mal que se encamina y unicornio moja…
Desatado, Ooh desatado del lienzo de bravura,
entintando del océano, el Sol que te acalora
en el rostro de la Aurora, en el rostro de la aurora,
cobra menos frenesíes que el calor de tu cintura…
Ya la suave mar argenta el afín cuerpo escamado,
de la sombra turbulenta, que su mar, -en otro nudo-
sobre el mar busca su escudo, y en otro mar atenta,
el suspiro de lo gualdo, con el mar que el rostro avienta…
Sopla huellas en la noche, y performa de su bruma,
la vanguardia hecha paloma, y el resorte de su cuna;
hasta el vértice del ala que no es vértice en el aire
denostando su fortuna, al incordio del buen aire…
Sopla el mar hendido en noche, ó de esotro can dispersa,
aliviando de su bruma, cognoscible su verano,
por el mar hendido en fuga, y en retórica soprano
que la mar anida fresca, distanciada, y ya no versa…
En retórica consigo, busca el arte no mediano,
de la noche, encauza el hilo, y flamëa su mirada
distinguiendo la pesada y marmórea única mano,
de su rostro engavillada, de cinética morada…
Ya no expone el ala umbría, afincando la mirada,
del retoque de balaustres, que la bóveda intuía
al fracaso de la noche, que su bóveda invitada
hace acorde a la mirada, de su soplo que moría…
Cual rescoldo de lo fatuo, emergente y suscitada
hace cieno de lo frágil, contundente la mirada,
del oprobio de mi endecha, en azúcar solventada
atinando en el despecho, la vanguardia suscitada…
Oro frágil que retuve, en las bóvedas del oro,
vuelo canoro; que recoge mi tesoro...
Rojo atardecer, tu mirada continúa la mirada de la noche
que desierta en tu llanura, ó con sórdida presteza,
iniciando la pavesa, discontinua de los muros, regresa,
hasta ser el tamo adusto, que engalana altiva noche,
por coloquio desigual de la belleza,
arde y entona la privanza que oscila destemplando,
la vanguardia acérrima del oro, vulnerando la sorpresa
del sitial de verde ágora, que el mundo es hasta el mundo…
Entidad, de toda flor, que su vanguardia no apabila,
rescatando de la flor, sapiente, su congoja,
hasta el Céfiro que escoja la maniobra que destila,
por el mal que se encamina y unicornio moja…
Desatado, Ooh desatado del lienzo de bravura,
entintando del océano, el Sol que te acalora
en el rostro de la Aurora, en el rostro de la aurora,
cobra menos frenesíes que el calor de tu cintura…
Ya la suave mar argenta el afín cuerpo escamado,
de la sombra turbulenta, que su mar, -en otro nudo-
sobre el mar busca su escudo, y en otro mar atenta,
el suspiro de lo gualdo, con el mar que el rostro avienta…
Sopla huellas en la noche, y performa de su bruma,
la vanguardia hecha paloma, y el resorte de su cuna;
hasta el vértice del ala que no es vértice en el aire
denostando su fortuna, al incordio del buen aire…
Sopla el mar hendido en noche, ó de esotro can dispersa,
aliviando de su bruma, cognoscible su verano,
por el mar hendido en fuga, y en retórica soprano
que la mar anida fresca, distanciada, y ya no versa…
En retórica consigo, busca el arte no mediano,
de la noche, encauza el hilo, y flamëa su mirada
distinguiendo la pesada y marmórea única mano,
de su rostro engavillada, de cinética morada…
Ya no expone el ala umbría, afincando la mirada,
del retoque de balaustres, que la bóveda intuía
al fracaso de la noche, que su bóveda invitada
hace acorde a la mirada, de su soplo que moría…
Cual rescoldo de lo fatuo, emergente y suscitada
hace cieno de lo frágil, contundente la mirada,
del oprobio de mi endecha, en azúcar solventada
atinando en el despecho, la vanguardia suscitada…
Oro frágil que retuve, en las bóvedas del oro,
vuelo canoro; que recoge mi tesoro...
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