Rojas heridas…

Rojas heridas…

Rojas heridas han quedado,
que sin la angustia, he visto sofrenar,
cadenas rotas a un ciego, ya desventurado,
un náufrago de cielo y almenar…
Mis sueños comparar pudo a su estrado
el limbo que robó el ángel de mi pecho,
y, en rojas cadenas de sangre, mi derecho
fue su noble hoguera, al cielo lacerado…

El pájaro no puede, sin sus alas volar,
el alma si no tiene, de su ventura, su alma
no sabe del delirio, de la fortuna de calma
que su sosiego le imparte, cual clemátide sanar…
Su corazón hecho trizas, tan vulnerable ha deshecho
el encofrado de un silo, que jamás volverá
su semilla hasta el vilo, de las alas, despecho,
tan vulnerable ha deshecho, de la prisión, arderá…

Las heridas forman parte, de esta vida de huesos
cántaro no de ilesos, fecundo rostro hundirá
entre sus dientes el habla, entre su mácula, pesos
que la prisión de sus huesos, el holocausto dirá…
Para sentir la palabra, que es tesón a la locura
y, en su clemátide dura, la sola huella hablará,
de su formato de isla, de lacerada figura,
desmesurados anhelos, la causa más rota, hilará…

Quiebra mi corazón roto, desmesurado el aliento
y la fortuna, el intento, de doblegar la mitad,
no vivirá hasta el silencio, de su sufrido lamento
y, en bocanadas de aliento, mitigará la verdad…
Pero no habrá libertad, que por su vuelo difama
lenta clemátide el ala, de su suspiro abstendrá,
no dolerá el pecho fuerte, la Golondrina que ama,
el sustentar de la rama, su pájaro nido hará…

Por penetrar de su claro, la oscuridad, el llamado,
sus alas, nido, verano, le dolerán la mitad,
lento, cual el sofoco del alba, mordido y enamorado,
de su prisión liberada, todo su ardor, libertad!
Mojará el sueño amante, la glosa del sueño habla
de su suspiro resguarda, quimera única, amable,
su Golondrina loable, suspiro único entabla
para huir en Primavera, la Golondrina mudable...

…Hará nido de su Vuelo, la Golondrina, recelo,
su juventud mordió el velo, su corazón, todo el cielo…